El dibujo es del 76 la historia del 68, ¡que jovato!
testimonial viejito ya.
El paisito...
Luro, una avenida mas ancha que Callao, pero con una una oscuridad total. Ni las luces de las vidrieras de los negocios. No andan los coles, son las tres de la mañana y tengo que pedalear como cada noche las cuarenta cuadras. Con la luz titilante por la dínamo mal ajustada y que frena la goma nueva, pero la rara Huskvarna, de mi viejo me resiste, con sus diez y seis velocidades y su pesadez. Llevo las manos con guantes por el frio pero abajo vendadas por mi última caída en la avenida por unos vidrios rotos. La puta bici inmanejable y pesada -después de mas de cuarenta años todavía tengo las marcas ( solo en las manos )- Paso la estación de trenes y veo las in-formas oscuras que caminan por la calle Chile, sombras. Cruzo la barrera y paso el maduradero de bananas de los Perticonne de donde sale la "Coca", ( ahora se que es jueves), putea a las otras minas y les grita que no se separen de ella hasta que llegue la estanciera gris que las llevará de vuelta a la casa. Ese día las revisaran antes de irse a apoliyar. No eran épocas de nuevas enfermedades, sólo alguna ampolla rara o un sangrado de mas ó de menos o alguna purgación y sobre todo muchas ladillas y chinches. Entonces por 10 mangos mas cojías sin forro, y 10 mangos por diez polvos, mas alguna propina por una chupadita o una cubana les hacían la diferencia.
Hice una cuadra mas y llegué al puesto, solo seis camiones en esa cuadra, con las lonas bién puestas con todo el polvo y el barro de varias provincias. Encadeno como todos los días la bici al poste y me voy para el boliche de la esquina, cruzo a veinte o mas changas al lado de los tambores donde se calientan quemando los cosecheros rotos, los papeles, las ramitas y todo lo que se prenda fuego. El olor del humo, mezclado con el de las batatas que se asan de a poco, para comerlas dentro de una o dos horas cuando el frio y el cansancio haga mella en los cuerpos hechos bosta. En el boliche cuatro o cinco gorutas de mano muy temblorosa tomando sus copitas de Pineral o de fernet . No es hora para vinitos ( por el frio ) ni aún los que comían chuletitas de cerdo sanguinolientas en grandes panes. Alguno toma grapa con miel mientras come. Las sonrisas desdentadas, los belfos caídos y los chistes dirígidos a los que "...no se les había parado con las putas .
Ya eran casi las cinco y rumbiamos para el puesto para empezar la descarga, anotamos los changas para bajar el tomate y la papa, alguién levanta la cortina y me saca el atril con los libros para anotar lo que bajaban de los camiones y apilarian hasta el techo del puesto. La pasarela de dos tablas desde el camión y los 6 metros hasta la pila. Es lo que se vendería despues de las seis de la mañana cuando llegaran los verduleros a comprar. Llega el capo : Antonio, el dueño, como todos los días sin saludar me dice que le avise cuando pase por ahi "Gardelito", el lustra, con su cajón y su banquito a lustrar los timbos de los trompas y además cantarse un tanguito en los puestos de los amigos y como todos los días se duerme en su sillón de mimbre al lado de un tambor acercado por algun olfa y que seguro molestará el paso de los changas, con sus tres cosecheros de 35 kilos de tomate sobre el lomo. Garde, el lustra era un moreno de casi 1.90 la cara muy picada y grandes patillas hasta la boca, patillas muy blancas que contrastan con el pelo renegrido por la "Carmela". En el domerca la pinta de Garde, daba miedo y se ablandaba solo por las noches en el cabaret donde con el frack lustroso y bastante maquillaje que le tapaba los pozos de la cara,ya bajo las luces cantaba los tres tanguitos convenidos. En la plaza interna entre las pilas de cajones se escuchaba algún griterio, saludos o fintas de peleas de mentiras entre los changas, algunos con sus cuchillitos de pelar los cachos de bananas mientras pateaban las arañas pollito que se escapaban de los "cachos". Ahora el griterio era en el frente, al levantar una lona, "Gardelito" con los lienzos bajos y el "Pollo", un pendejo changarín de l3 años, famoso por el tamaño de su pija lo tenía enculado sobre las bolsas. Aplausos, tomatazos, papas y gritos hicieron que el guacho hidrocefalico con los pantalones cortos todavía entre las manos y su sonrisa idiota corriera entre los cajones. "Gardelito" con el orto como una lata de viandada reventada y sanguinolienta, trataba de taparse mientras gritaba,¡mi culo, mi culo..!
Retiré lentamente la medialuna que mojaba en el café y que ya se desmigaba entre "ojitos" aceitosos miré al capo que dormía sin enterarse que ese día no le lustrarian los tamangos y titule con mi mejor redondilla las columnas de "vales por envases" y "mercadería a cuenta"...
alejandro.
testimonial viejito ya.
El paisito...
Luro, una avenida mas ancha que Callao, pero con una una oscuridad total. Ni las luces de las vidrieras de los negocios. No andan los coles, son las tres de la mañana y tengo que pedalear como cada noche las cuarenta cuadras. Con la luz titilante por la dínamo mal ajustada y que frena la goma nueva, pero la rara Huskvarna, de mi viejo me resiste, con sus diez y seis velocidades y su pesadez. Llevo las manos con guantes por el frio pero abajo vendadas por mi última caída en la avenida por unos vidrios rotos. La puta bici inmanejable y pesada -después de mas de cuarenta años todavía tengo las marcas ( solo en las manos )- Paso la estación de trenes y veo las in-formas oscuras que caminan por la calle Chile, sombras. Cruzo la barrera y paso el maduradero de bananas de los Perticonne de donde sale la "Coca", ( ahora se que es jueves), putea a las otras minas y les grita que no se separen de ella hasta que llegue la estanciera gris que las llevará de vuelta a la casa. Ese día las revisaran antes de irse a apoliyar. No eran épocas de nuevas enfermedades, sólo alguna ampolla rara o un sangrado de mas ó de menos o alguna purgación y sobre todo muchas ladillas y chinches. Entonces por 10 mangos mas cojías sin forro, y 10 mangos por diez polvos, mas alguna propina por una chupadita o una cubana les hacían la diferencia.
Hice una cuadra mas y llegué al puesto, solo seis camiones en esa cuadra, con las lonas bién puestas con todo el polvo y el barro de varias provincias. Encadeno como todos los días la bici al poste y me voy para el boliche de la esquina, cruzo a veinte o mas changas al lado de los tambores donde se calientan quemando los cosecheros rotos, los papeles, las ramitas y todo lo que se prenda fuego. El olor del humo, mezclado con el de las batatas que se asan de a poco, para comerlas dentro de una o dos horas cuando el frio y el cansancio haga mella en los cuerpos hechos bosta. En el boliche cuatro o cinco gorutas de mano muy temblorosa tomando sus copitas de Pineral o de fernet . No es hora para vinitos ( por el frio ) ni aún los que comían chuletitas de cerdo sanguinolientas en grandes panes. Alguno toma grapa con miel mientras come. Las sonrisas desdentadas, los belfos caídos y los chistes dirígidos a los que "...no se les había parado con las putas .
Ya eran casi las cinco y rumbiamos para el puesto para empezar la descarga, anotamos los changas para bajar el tomate y la papa, alguién levanta la cortina y me saca el atril con los libros para anotar lo que bajaban de los camiones y apilarian hasta el techo del puesto. La pasarela de dos tablas desde el camión y los 6 metros hasta la pila. Es lo que se vendería despues de las seis de la mañana cuando llegaran los verduleros a comprar. Llega el capo : Antonio, el dueño, como todos los días sin saludar me dice que le avise cuando pase por ahi "Gardelito", el lustra, con su cajón y su banquito a lustrar los timbos de los trompas y además cantarse un tanguito en los puestos de los amigos y como todos los días se duerme en su sillón de mimbre al lado de un tambor acercado por algun olfa y que seguro molestará el paso de los changas, con sus tres cosecheros de 35 kilos de tomate sobre el lomo. Garde, el lustra era un moreno de casi 1.90 la cara muy picada y grandes patillas hasta la boca, patillas muy blancas que contrastan con el pelo renegrido por la "Carmela". En el domerca la pinta de Garde, daba miedo y se ablandaba solo por las noches en el cabaret donde con el frack lustroso y bastante maquillaje que le tapaba los pozos de la cara,ya bajo las luces cantaba los tres tanguitos convenidos. En la plaza interna entre las pilas de cajones se escuchaba algún griterio, saludos o fintas de peleas de mentiras entre los changas, algunos con sus cuchillitos de pelar los cachos de bananas mientras pateaban las arañas pollito que se escapaban de los "cachos". Ahora el griterio era en el frente, al levantar una lona, "Gardelito" con los lienzos bajos y el "Pollo", un pendejo changarín de l3 años, famoso por el tamaño de su pija lo tenía enculado sobre las bolsas. Aplausos, tomatazos, papas y gritos hicieron que el guacho hidrocefalico con los pantalones cortos todavía entre las manos y su sonrisa idiota corriera entre los cajones. "Gardelito" con el orto como una lata de viandada reventada y sanguinolienta, trataba de taparse mientras gritaba,¡mi culo, mi culo..!
Retiré lentamente la medialuna que mojaba en el café y que ya se desmigaba entre "ojitos" aceitosos miré al capo que dormía sin enterarse que ese día no le lustrarian los tamangos y titule con mi mejor redondilla las columnas de "vales por envases" y "mercadería a cuenta"...
alejandro.
10 Comentarios:
Eihh,
vi Lost, y después pase por aca y me encuentro con esto...
que noche viejo, que noche,
andai loco culiau.
saludos un vino y dos demerol.
raúl
Me pareció bien contando, un poco fuerte el final, y demasiado descriptivo. Pero bien.
Saludos.
Marita Maghiar.
¿Que es esto?
¿Un Al-ja desatado?
Me gustó, aunque un poco (bastante)decada de los 70,
Saludos y un beso
esmeralda m.
Bravo! bravo.
beso
lola a.
Se me pudrió Becerra.
un beso.
Nunca habia leído en tu blog este tipo de historias, así que me descolocó mucho es un cambio ¿vas a seguir con los posts de Plastica?
Un saludo
Roberto Jabio.
Aunque no lo pueda creer tengo dos dibujos en mi oficina de esa época suya que me los vendió una señora que trabajaba en una peletería muy fina que tenía cuadros. Estaba en la calle Florida casi Paraguay.Compré tambien a ella unos dibujos muy buenos, son desnuditos,de una chica que trabajaba en carbinilla y sanguina.
Un gran saludo y una alegria.
Claudio Porfirio.
Becerra,
me gusto mucho su historia, un gran y respetuoso saludo.
dr.Alberto del Campo.
Para ese sr. Claudio,
Perdone que me meta,
La sra Lena que vendía nuestras obras de la época de la Plaza San Martin era la encargada de Charles Calfun en la calle Florida, ponía nuestros cuadros entre las martas cibellinas y los zorros plateados (tomá).
Y la dibujante era Andrea Marsicano una belleza además.
Que épocas!!!
(ya me parezco a Al-ja por lo melanco)
raúl
Me morìmuerta con la referencia a Charles Calfun
Bien por la historia del Pollo
saludos maestre!
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