"DESCARTES" INTOXICADO POR EL TANGO DANZA Y CON UN PENETRANTE AROMA A CIRUELA...
en la noche tentativa encontré a una "chica". chica no tanto porque es como yo, aunque juntas de alguna manera fuimos chicas y conservatorias. tocaba el piano y después fueron las letras y ahora el tango. dijo al verme: qué casualidad que estés acá donde yo estoy. y creo que no es tanto del azar la culpa. más bien de las inquietudes mutuas que se cruzan o resultan curiosamente parecidas.
conserva de escribir la disciplina. cuando usa la palabra disciplina me sonrío porque --sabemos bien las dos-- que de tanto tiempo con el culo pegado al taburete, dale que te dale al pobre piano, una se queda con costumbre de "disciplinarse". será por eso que nos gusta el tango: porque no hay que pensar en nada, hay que olvidarse de sí, irresponsabilizarse un poco de lo que sucede cuando se baila.
el pasado musical nos es común aunque ella no guarda un gramo de rencor. yo un poco sí. y un poco de nostalgia y asombro cuando sé de algunos que siguieron fieles a su arte. me alegro de haberla cruzado.
Ciruela
3 Comentarios:
En algún momento fui testigo presencial de "señor adorablemente maduro con piano incluido y tangos tocados con la armónica."
Esos recuerdos traen un attach de humo siempre, y el odio a las señoritas/ras que cantan tangos desgarradores con una sonrisa.
Es casi una cuestión barrial, cerca de las auopistas nos ponemos memoriosos, no como Funes, y menos, como Funes en una autopista al sur
Pa mi que nos ponemos argentos,tan pero tan, que nos pinta la nostalgia
felicito el arte de esos trazos.
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