Café (4) La comunidad organizada se desploma.
...Dejo los libros sobre la mesa,mejor dicho sobre la suciedad de los que estuvieron antes. Hasta que me atiendan y me traigan lo no pedido pero obvio, se que pasaran unos minutos. Pienso a esta hora a la manera del "Taba" mi nuevo gurú espiritual y literario que este cafe como el peronismo es un verdadero ejemplo de ese cocoliche autóctono que es la "comunidad organizada", por un lado el sindicalismo de los post-Foetra, por otro los/las estudiantes malcos, la banca privada, en una mesa donde se otorgan creditos a canas contra últimos dos recibos de sueldo, la corriente inmigratoria del trabajo textil-clandestino representada en un "peruca" que viene de hacer tramites en el consulado y yo por la individualidad fizgona y apaciguada, en el recreo largo, (me cuesta por problemas de machismo definirme como pasivo a secas).
Todo esto en un escenario con solo ocho mesas, diez y seis sillas, y cinco banquetas incomodas altas en la barra. Y para todo eae grupo, (menos para mí), un solo "clarinete". Para romper ese equilibrado orden apareció hoy una pareja "rara", con ligera inclinación al franeleo, que una de dos o no había terminado la noche o que habían terminado el turno del telo todavía calientes, cosa que la Fisiognimica podría detectar en el pelo humedo de la protagonista (lo del turno terminado abruptamente que no lo de calientes), pero yo no soy Peirce. Se aposentaron en la mesa ultima angulo-espejo y unieron la del costado de la misma y ya sentados como en el bondi, comenzaron a prodigarse manotones. Uno al lado del otro a los zarpazos...Eso produjo el odio de los distintos Foetras que entraban y veían dos mesas para solo dos personas, mas el amasijo libinoso reflejado en el espejo "ancient". El cobrador que usa el café de parada diaría gritaba a los patrones del lugar que hicieran separar las mesas mientras el "fumaba un puchito afuera". Yo trataba de volver trabajosamente a mi gastado "Sur" del 69, con el Domenach furiosamente marcado de rojo, pero la vista se me iba a la pareja impúdica sobre la que veía (juro que yo solo las veía), impresa las letras del texto de Girondo: "y darle con la proa de la lengua/Y darle con las ondas de la lengua/y furias y reflujos y mareas..." El café (Corto - el del gusto-) se me había helado, junté las servilletitas las metí en el libro y me levante sin moverme."Y aquí estoy yo, pensoso y descendiente", como diría el viejo-muerto-Bustriazo.Ante tanta vitalidad ambiental me transformaba en un volver a las citas que me rememoran experiencias, así que tratando de ver que músculos o nervios o tendones o que se yo se me insuflaban me dirigí de vuelta renguendo hacia los treinta metros que me separan de la avenida...
En el día plomizo espero que se abran las nubes, se oigan las trompetas y la voz del amo truene diciendo que se ha roto el orden...
alejandro