Cafe 5 (¿el final-final?).
7.30 de la mañana,
salgo hacia el cafe, la media cuadra muy concurrida, con la gente que sale del subte y la entrada de materiales en la obra de la esquina todo esa cuadrita entre la avenida y Rivadavia está a media calzada, llena de arena, cal, cemento, bolsas y otras materias que no distingo por que todavía no salió el sol, (si es que sale), y por el empañe de los lentes. Me quedo helado ante el cadaver del café, con la cortina negra retorcida. Entre los vidrios rotos del primer piso veo las sillas y los pedazos de mesa, parece un café de mercado israeli volado por los "Martires brigadistas", pero los hermanitos palestinos no andan por este rioba. Reculo entre lágrimas para volverme y me chocan dos carretillas, me putean en guaraní, me arrastran casi hasta la boca del subte pero la nueva andanada de viajeros me lleva de nuevo casi hasta frente del cafecito, lagrimeo de nuevo pensando que además nunca supe el nombre, Veo a dos Foetras tan desorientados como yo que venían con pancartas que decían "Foetra, linea violeta, todo el poder a Artacho, esta es la Violeta, leénos en facebook", ademas de las lagrimas la confusión por lo de "La Violeta" y Facebook, vuelvo a la avenida cruzo y me meto en el galpón posmo en cruz con La Continental, ( a la que no volveré, ni claudicaré, a la manera de Frondizi).
Las medialunas calientes se deshacen, el café es potable, el agua sin gas (agua), pero en vez de tebolla de plástico en vidrio (a la antigua), la moza tan nada como si fuera moza de Filo, ( pero esta sin gracia, ni belleza ), Miro un poco alrededor y me acuerdo de mi desestimado Marc Auge y su frase apotegma : "La distinción entre lugares y no lugares pasa por la oposición del lugar con el espacio", acá no se si cuadra, seguro que no, pero me sirven distinción-lugar-oposición-espacio. Con otro sentido sí, pero me cago en Marc y sus vacios poblados.
Me molesta el plasma gigante, mudo, con sus resplandores al vacio, repitiendo goles triunfalistas, la música de ascensor de los 60 tan Muzac y el viento que corre entre las mesas pese a la distinguida calefacción cada vez que abren el porton de entrada me lastima. La población nádica mediopelo (a la que la moza llama por sus nombres pero que no recuerda sus pedidos), tableteando sus notebooks con sus "lagrimas" y su medilunica me espantan, yo tan acostumbrado a los ruidosos foetras...Me acuerdo del comentario de ayer de Lorena ( http://principiodeincertidumbre.blogspot.com/ ), donde cuenta su visita a Baires y tambíen su desconcierto con los cafés "...no sabíamos elegir y casi nunca le pegábamos al target..." será que yo también soy surero y provinciano...Agarro con bronca los diarios, los libros, pago tres dias de café con medialunas de mi cafecito chamuscado y me pierdo por San José a pagar facturas con peligro de corte...
Sombras en el Horizonte.
Auditaré esta tarde posibles lugares para mañana,
si no...
Me vuelvo a cagar en Auge , me levanto las solapas hasta la barba y me voy calle abajo pensando en la puta fratia...
alejandro