TESTIMONIALES
Cansado de los lamentos en el campo de la comercialización y exposición de las obras producidas en el mundo de las Artes.
Me dedico a caminar el barrio y se vienen los bolitas.

Grande Glusberg :
(alguien que la tiene clara)
“ …La Globalización del arte contemporáneo no ha llegado a la escena de los museos. Es una experiencia confinada al mercado, a los eventos como las ferias y a los grandes coleccionistas que solo se interesan por la comercialización de las obras. Los cambios sociales y económicos en la proyección del arte plantean que se repiense el perfil de los museos y que el futuro no quede en manos de los marchands…”
Jorge Glusberg, Ambito Financiero, 19-2-2008.

Fue una semana en la que además de comprobar que si el arte (¿?) es cada vez mas universal, los problemas de su difusión y comercialización también lo son. Los resultados que se producen alrededor de los grandes eventos como la feria Arco en España, los ponen sobre el tapete. “¿Qué haría una grande y costosísima feria como esta sin las ventas al Estado?” se preguntan por allá. Los “gallegos” llaman Estado a las instituciones, sean privadas o públicas, museos, salas, o la banca. Nosotros con las contradicciones clásicas de país latinoamericano subdesarrollado pero en vías de, solo aportamos al evento dos galerías (privadas), una con obra característica de nuestra “universal modernidad” el famoso rosa-bombón-malba. La otra peor. La venta principal de “una” (a partir de ahora en autos), paradojas del destino, fue un tríptico de Alejandro Puente, una obra con todo el rigor constructivista, de raigambre americana, un homenaje a la mejor tradición pictórica post Torres García. Oficio, rigor, pintura, ¿qué menos?, es una feria de arte y las instituciones (el Estado) en este caso el Reina Sofía, aprovecha a apuntalar la feria comprando lo mejor. La galerista aprovecha, pidiéndole a los gallegos que bequen a las galerías sudacas de la vanguardia rosa bombon fotográfica y conceptual que no puedan oblar los gastos. En un ataque amnésico se olvida que ella, como antes su madre, marcaron a puro dedazo las participaciones anteriores en la feria, solo dejando entrar a quienes reforzaban sus ideas de imposición de esa modernidad, aunque después salvaran los gastos vendiendo Bernis, Xules o ahora Puentes, aunque el sueño ahora fuera “enchufar” algún Ferrari. Pero así es el arte.

¿Que cómo es? Es como la Pelopincho del “Fideos” algo sencillo, (sin vueltas aunque sea redonda) y solo con lo esencial, en el caso de la inflable: agua, en el otro: pintura, pero es no mas que solo eso, casi nada, ahí la cosa. El guachito que se tira a la hora de los cuarenta grados no se pregunta si es grasa, si desentona con el entorno, no, se sambulle y listo y para él es la olímpica de River, y luce mejor que las pintadas en Los Angeles por David Hockney a 2 palos verdes la pincelada.

Ahh y el calor… con lo difícil que se hace pensar con calor…

El barrio entre nubes de esa humedad sórdida que invade todo, a la noche entre mosquitos, murciélagos, hordas de extranyers con teboyas de birra en la mano (de las de troli) y otras alimañas recorriéndolo. Abajo en el antro andaluz suenan los gitanos cada vez mas apáticos, con el calor a los pobres se les ha desteñido el negro azabache del lope, y se parecen, si no fuera por la ropa dark-lúgubre mas al grupo “Los pibes chorros” en versión velorio, que a parientes desgañitados e inarmónicos de Ketama. La puta barrial con los problemas de la transpiración y el pegoteo, solo logra hacer algún punto con turistas desprevenidos y alcohólizados que la ven una diosa gracias al dosaje y le garpan como a nami de cabarute francés de los 50, no entiende los pedidos de los masocas pero igual los faja con la soga de colgar la ropa de la terraza del telo. Pero gracias al cambio va zafando. El chino, en mardel, mandó la foto entre los lobos, con una nota sobre el tamaño de los bichos originarios, y otra con el faro de fondo, le dice “Falo”, y se rie de su chiste, dice además que ve buen campo en esa ciudad para colocar algun mercadito cerca de la playa y ver cómo mandar desde allí aletas de tiburón saladas para vender en el barrio chino, aunque hasta ahora no pudo pescar ninguno. Acá en el boliche (“La flor de Lin-mercado”) en cuanto entrás sobre una pila de cajas vacías, pusieron una gran cantidad de tapas de empanada de todos los tamaños, sucias, resecas y con mucho hollín que dicen “en oferta, salvadas del incendio de “La Salteña”. Volvió de las vacaciones el carniza paraguayo con su música a todo volumen y sacó todos los pollos, pescados y piezas de reses varias que había guardado cuando se fue hace un mes, blancas por el hielo, parecen parte de un programa de CSI, en las tomas de la mesa del forense y en el apogeo del descuartizador. El bolita verdulero en cambio se prepara para vacacionar en un marzo económico, como les pide Evo y Kristina, y lustra y relustra las berenjenas a trapo y escupida como los lustrines de la vieja escuela. Por el bulín, el músico del séptimo sin encontrar los ritmos y al que le suda hasta la escobilla de la batería. Pero se ha traido una “singer” que debe estar buena de popa o de proa y mejor que así sea porque lo que es con la gola…

En el barrio, se notó la presencia del crucero gay, con paseantes tomando fotos del Barolo entre chillidos de asombro… Vimos a nuestro vecino, el traba, pasearse con una pancarta que mostraba a algunos nativos o a extranjeros del hostels, (la llevaba en inglés y castellano) le pregunte la causa, y con voz-apagada-susurrante-ronca , (tengo que reconocer que me erizó los pelos de los brazos su susurro), me explicó que se debía a haber comido las nuevas empanadas de carne cortada a cuchillo del cheboli de la plaza. Lo dejé y me volví pronto al taller muy nervioso. Un día escuchando esa voz… También lleva bajo el brazo, y manchado por la humedad del sobaco un tomo de “La forclusión del nombre del padre”, de Jean-Claude Maleval, sobre la obra de Lacan, trató de leer al Jacques, cuando leyó en el blog de Diego (que yo le recomendé) sobre la relación del Objeto, le gustó lo de “no tener el falo simbólicamente...”, el resto no lo entendió, todo eso del velo de Maya, los fetiches, después llegó a la palabra metonimia y se cansó… Me pasó a mi también (ojo, lo de las empanadas) pedí de las de carne y se le notaban adentro los medio bifes con grasa y hasta con pedazos de hueso, algunos trozos parecían con pelos o algo así, pensé en las palomas de la plaza y escupí la última media.

Estoy pintando, haciendo una nueva serie en homenaje a mi amauta-bolita-verdulero, donde mezclo mis fantasías de las fantasías aymaras, con todos los tics y con los colores que nunca ví. Quiero que sea como una especie de Diáspora, desde las sierras de Santa Cruz hasta la villa 31, la santiagueña los mira con el ceño fruncido, y apreta el plumero. No conozco ni a los bolivianos del bajo Flores que cosen, pero me caen bien, salvo Evo. El galerista que me prometió la muestra para este año corre por la pradera jurando a diestra y siniestra que no hay nada firmado, y que solo fueron conversaciones de mamados después de la última inauguración. Bueno como ven todo tranqui, la casa está en orden, (el taller no). Ahh, y me eligieron el artista del mes, yo insistí que solo pintor, pero el título era así…

Alejandro