Volvieron los monstruitos, sí, mis esperpentos, esos seres patéticos como los que denominó Don Ramón (que no era el del Chavo), tan negros como pintura de Solanas, pero tan argentos como los personajes de Discépolo. No son exactamente pulidos o cromados como los roboteches, son peludos y manchados como nuestras vacas y tan estúpidos como ellas. Grandes ubres, vaginas y porongas pero sin sexo. Tangueros, tristes y apocalípticos. A veces con patas y a veces con ruedas. Con cuernos pero sin traiciones, solo cornamenta que no se les caerá con el cambio de estación. La ciudad los enmarca pero no los contiene, apenas si los sujeta -a veces-.
No van a ningún lado, sólo posan para ninguna foto ¡Son tan argentos! Tampoco para verse en ningún espejo que reproduciría a los monstruos al infinito, como diría el cieguito. Y el sueño de los monstruos...
¿Será la razón?
alejandro
No van a ningún lado, sólo posan para ninguna foto ¡Son tan argentos! Tampoco para verse en ningún espejo que reproduciría a los monstruos al infinito, como diría el cieguito. Y el sueño de los monstruos...
¿Será la razón?
alejandro
3 Comentarios:
Menos mal maestro que no solo promociona a las fruterias,
saludos
Raúl y la barra de Tras las Sierras.
buen texto y buena obra ¿es un fragmento?
ninio.
Gracias Raúl,
Pero si te agarran lo chochamu del domerca central te van a hacer sentir el escarmiento.
Y la barra ("de tras las sierras") agradecida:
"-¿A ver la barra?...-
la barra
- Muy bien- "
(Gardel y Lepera)
Circa 1935.
Ninio
Gracias, ¿fragmento cual?, el texto, la obra?. El texto esta completo, la obra mal sacada la foto como siempre.(Me impresionó la foto de su blog, pero el fotografo es Vd y como todo fotografo ideogilizó (?)la toma.
saludos a ambos.
alejandro
Publicar un comentario
<< Home