TESTIMONIALES

BASTA DE CULTURA
UN CACHO DE VIDA
Aunque sea con mejillones vacíos, riñones gomosos con papas pai aceitosas, y que nos hayan retaceado el pulpo.Salvados por el tempranillo refrescado
Por favor...
(chiste interno)

Bueno esto estaba poniéndose muy pesado últimamente y uno trata de recuperar aunque sea por momentos su antigua y no bien extinguida alegría. Poder volver a los entretelones del rioba, mi exterior más acotado, para seguir tratando de deschavar historias como las que se dan entre el traba y la puta del barrio; no soy tan ingenuo, sé que hay mas de una puta pero esta, es como la oficial, uno ya le tiene cronometrados los recorridos, sabe las horas y los lugares de las paradas en tal o cual café y sabe que cuando no la ve es porque está ejerciendo su noble oficio. Y es que tanto tratar de hablar de la cosa cultural, me cansa y confunde posiblemente más a mí que a los que posiblemente lean los pobres resultados que uno puede producir, salvo algún chisme bueno que uno conoce y tira.
Era bastante personal y sentido el pensamiento conque cerraba mi último post, me re-cito: "... poder decir con madurez,- me interesa un carajo el arte, dejenmen seguir haciendo mi laburito artesanal, lindo o no pero mio-..." Cuando me re-leo me veo como un judío jasídico que por equivocación lo sentaron en la mesa de los acólitos de la compañía de Jesús y en el momento en que parten el pan, toman el vino y comienzan a discutir sobre la importancia de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el moishe pregunta si el pan y el vino son kosher. Si ya sé que la reunión es imposible, pero imaginen, piensen un poco, por qué Woody lo puede hacer y yo no. ¿Por qué graciosamente puede boludear León Ferrari sobre las doctrinas de la Iglesia y denominar católicos “completos” a los que hacen lecturas lineales y sin interpretación de la Biblia, como buen fundamentalista que es, y yo no me puedo cagar en las manifestaciones estéticas sobre el arte conceptual del no asumido y renunciado titiritero-filósofo, renunciado a lo no asumido, cosa que igual no me dio ningún alivio. La resolución en cultura, por un lado es positiva, ya que demuestra que el lord puede ser permeable a las críticas del colectivo (como diría algún yoyega), pero por otro lado sigue mostrando la falta de asesoramiento y su desinterés salvo por algunas futuras posibilidades de recaudación gracias al “Arte” y por ahí se cruzan las sombras de todos aquellos radicales descafeinados pero “extasiados” de las noches del Buenos Aires que no dormía por disposición municipal de Ibarra - Felgueras - Lopérfido - Telerman - Fama - Kive, etc., etc. Está bien que era una forma de cautivar como ellos trataban en forma balbuceante de explicar a la captación de las diferentes “tribus urbanas”, captación que terminaría en la represión de Fernando (que es De la Rúa) y el “cromagnon” de Aníbal (que es Ibarra). Momentos felices en que nuestros progres se desgañitaban en voz y plumas, desde el Pauls que no es sólo una cara bonita, hasta el Rozitchner padre que no es sólo un opinador para señoras gordas como el Rozitchner hijo… Pero en esto que tiene algo de mito del eterno retorno, ahora vienen por Mauricio (que es Macri). Cuándo golpearán a mi puerta, como dice Cipe que decia Bretcht. Bueno allá ellos y allá la cultura con sus divagues.

Yo en mi mundo y ante la propensión de la masa cárnica-grasosa, decidí tratar de hacer un régimen propio: basta de pan, pizza, empanadas, de vino, fiambres, pastas… Lo decidí anteanoche en el Cuartito, ante una de queso y cebolla, y con la mano derecha apoyada en la jarra de moscato Crotta mientras esperaba que el mozo me trajera el sifón. Son esas decisiones que uno toma mientras el turco de mardel me hablaba sobre sus convicciones políticas o no. Hoy cumplí, al mediodía, pero ya a la noche era el cumple de mi galerista (el que se cree mecenas), y allí en terrible restaurante vasco, con el quía en la cabecera, descartado el pulpo por haber faltado a la cita, desfilaban los cachetes de abadejo a la vizcaína, distintos besugos con salsas verdes, con tomate y ajo, chopitos a la plancha, calamaretes a la leonesa y jamones serranos, todo regado con un buen tempranillo (por mi lado) mientras que el resto le daba al malbec, para terminar después con unos champagnes para poder cantar y emprender la vuelta peligrosa.

Tampoco la pegué (como siempre) con las elecciones. Llegué temprano como siempre pero esta vez pispeé primero para no quedar atrapado como jefe de mesa. Y grande fue mi sorpresa al encontrar en ese puesto a Ling el chino de mi despensa y a la puta del barrio (ella sí por el Frente de la Victoria), el tercero totalmente desconocido fue el que me controló el sextuplicado, ante la mirada impávida de Ling y el arreglo obsesivo de la etaira de sus grandes tetas que pugnaban en todo momento por escaparse de tan magro continente. Cantó el dolape el número. Y se paró para apoyar a la trotona en la búsqueda en sus papeles, -y bien que la apoyaba- y después los dos ayudaron al coreano, que buscaba y buscaba mientras decía su -no entendo-, como un mantra; cuando llegué a él para entregarle nuevamente la libreta y que me diera el sobre firmado me reconoció saludándome con su característico -¡holamigo!-. Al salir me entregó el sextuplicado, dentro del cual había colocado el volante de la “Despensa Ling”, la lista del pacto con el gobierno de los 400 productos, un volante en contra de la compra de papa y zapallo al bolita y un afiche de propaganda de su nuevo negocio, un gran tenedor libre, que dice que revolucionará al barrio. Pese a la cola aproveché a felicitarlo y chancear sobre su disponibilidad económica. El chino sorprendido, me miró bajándose los lentes negros y ladeándose el sombrerito y me explicó que sólo el local era gasto, que por los alimentos aprovecharía los desechos diarios de la verdulería del bolita y sobras de la carne del "paragua", etc. Personal le conseguiría a muy buen salario la gorda, (bah, la puta), que como es secretaria en el gremio de las meretrices, conoce mucho material de descarte muy barato y con problemas de colocación (colocación…).

Los dejé y me fui pensando en como asumir mañana la explicación de mi voto perdidoso con altura, quizás me convendría preguntárselo al turco escriba, y de paso cómo va a salir él del papelón Sobisch, creo que lo debe estar pensando desde hace un tiempo y alguna tesis tendrá…
Alejandro