Esto es parte de algo que escribí en el año 2006, y que lo titulé "testimoniales del 75", además de haberme asombrado en su momento, me parecía algo distinto al resto de las anecdotas que había conocido en este ambito de las "bellas" artes, pero hoy todo se derrumbó, leyendo el País me encontré con una historia tan calcada -eso sí magistralmente contada y analizada- que me hace deescreer en la originalidad de los actos de los hombres, aunque estos sean artistas.
Yo escribí en esa época (9 de Diciembre del 2006):
"...las ventas de esa galería (eran)un desastre. Pero unos meses después gracias a contactos de la “pareja-financista” , del artista que estaba al frente de la sala, rica heredera de fábricas de productos para la industria química en Brasil, apareció una muestra con un catálogo deslumbrante, de pintura ingenua brasilera del norte. Fue un éxito de ventas, las paredes acostumbradas a nuestros colores trágicos, restallaban de purísimos óleos sin veladura alguna. Las ventas fueron casi totales. Al éxito, siguió una feria de pintura naif, para cerrar el año, muchos de los cuadros eran los pocos que quedaron de la muestra anterior. Otro triunfo. Entre los autores la mayoría mujeres, mi amiga la polaca; Gato Frías y todas las luminarias de ese momento, el estilo ingenuo en esos tiempos aparecía en todas las revistas, las tarjetas de fin de año, las ilustraciones, se abrían galerías sólo de arte naif. Pero en esta muestra una de las pintoras que sobresalió, con un estilo muy primitivo, colores brillantísimos, de pura pintura al aceite, fue “la Wendell”, quien vendió sus seis cuadritos. A esa siguió una muestra de la pintora individual. Venta total.
Llegó enero, el cierre de la galería hasta fines de marzo, y en abril nueva muestra de la Wendell, así hasta mediados de año sus muestras se sucedían, (y las ventas). Las reuniones (y libaciones) con los pintores de la galería seguían todas las semanas pero ya el tema único era la Wendell, su pintura de mierda (para nosotros) y su éxito de ventas, algo que por cierto no conociamos personalmente. La “Direccion” continuaba comprándonos obras que se amontonaban sin exponer en el vasto sotano. Ante el arrecio de nuestras críticas y la defensa a cada minuto más vulnerable de Mario,(el artista y dueño) el tema pasaba a ser centro de ataque a su mujer, quién se pavoneaba de haber logrado las muestras y transarlas eficazmente. La fama de la pintora se hizo insoportable, (para esto nadie la conocía personalmente). De distintas revistas venían a ofrecerle reportajes igual que de canales de TV, pero su domicilio en Las Chacras en Mendoza, hacía imposible concretarlos además de viajar cada tanto a Europa, ya que era húngara de nacimiento.
El trágico final, ante una propuesta de la revista Para Tí de viajar a Mendoza para reportearla y fotografiar en su estudio, la gran crisis en la pareja. Esa noche más alcoholizados que de costumbre fuimos a cenar a su casa, la comida la preparaba Mario, que últimamente iba poco a la galería, éramos unos cuantos, me acuerdo de Loza, Anadón, Claro Bettinelli. Nos abrió con un delantal de cocina que usaba para pintar, y las manos manchadas de colores puros.
Mientras nos sentamos en el lujoso comedor donde la empleada estaba disponiendo los platos, algunos comenzaron a fisgonear (cosa común de pintores) los cuadros dados vuelta contra todas las paredes, de colores brillantes, ingenuos y todavía sin firmar por la “Wendell”."
(Esto es parte de lo que escribí en mi post, y a continuación un detalle de lo que hoy me encuentro en el diario español, con la firma de Felix de Azúa un escritor español a quién yo admiro y de quién he transcripto varios pasajes:
"...Un fotógrafo amigo mío tuvo la suerte de interesar a unas galeristas de San Francisco cuando éstas entraron por azar en una muestra suya mientras hacían turismo por España. Le contrataron una exposición, tuvo buenas críticas y le pidieron más material al tiempo que le animaban a visitar la galería americana. Así lo hizo, y cuando se presentó ante ellas, abrió una carpeta con fotos similares a las que le habían expuesto. Llevaba, sin embargo, otra carpeta con ejemplares de su obra más arriesgada, quizás calificable de "perversa", en todo caso, turbadora. En el momento de abrirla tuvo una iluminación. "Mirad, dijo, como no me quedaban más fotos, os he traído el trabajo de una amiga que vive en mi ciudad. Se llama Gladys Steiner y a lo mejor os parece un poco atrevida". Las galeristas se lanzaron sobre las fotos gorjeando de placer, compraron al instante la carpeta entera y le exhortaron a facilitar el contacto para contratar a Gladys como estrella fija. En consecuencia, mi amigo comenzó a entrenar a una muchacha de Tarragona para que ejerciera de Gladys. La moza se lo tomó con tanto entusiasmo que ahora mismo está persuadida de ser Gladys y pueden acabar todos en el juzgado."
Y termina esta anecdota así:
"Uno de los peligros de inventar héroes que nunca existieron, como suelen hacer los historiadores simbólicos en busca de raíces milenarias, legitimaciones medievales y otros arcaísmos, es queluego han de vivir con ellos. Los fantasmas se alimentan de sangre. Hay historiadores que llevan un pequeño Wilfredo o un Pelayo hincado en el cuello para siempre..."
"Historia e impostura, una fraternidad."
FÉLIX DE AZÚA
Diario El País.
20-4-09.
Etiquetas: el arte de la impostura.