27 septiembre 2007


VOLVIENDO A LAS ANDADAS

“…La lengua fascista es la lengua xenófoba y discriminatoria, la lengua ejecutora y la lengua del mandato, la lengua de la orden, por lo tanto, de la súplica en el otro, la lengua como orden del sentido y como orden del sentimiento. Qué oponer a la lengua fascista sino la violencia de los lenguajes extralimitados y, simultáneamente, la desorganización de los núcleos sintácticos y semánticos: una lengua que no diga nada. El intento de Lamborghini es generar una lengua corrupta por dislocación de las formas y los paradigmas, una verdadera destrucción ácrata de los significados y los significantes. Ese otro-lenguaje, esa otredad de la lengua que aparece en los Lamborghini, en Perlongher, en Zelarayán, va generando una literatura otra…”
Nicolás Rosa. “La letra argentina”, Crítica 1970-2002

En el último post había estado pesado. Que si Sarduy que si Lezama, que si los barroquitos nuestros eran un poco herederos de Girondo. Que si Perlongher era lo máximo. Y ahí voy donde me encuentro un párrafo donde todos ellos se hermanan: el famoso poema de Néstor: “Plaza Lezama” en el que homenajea a su admirado Lezama pero el cubano, jugando con el nombre de nuestra plaza, a la que le había escrito 70 años antes Oliverio diciendo haber descubierto allí “viejos árboles pederastas, florecidos en rosa té”. Y también mágicamente mezclado en un último recuerdo mi nada querido Sábato que pasa de refilón (solo la sombra de su sombría sombra) por el “Parque Lezama”, el de la calavera, el del incendio y el espíritu de Alejandra, que cantan nuestros modernitos barrocos de los 90 “Los fabulosos Cadillacs” (gracias por todo esto a M. Reynosa) Barrocos, neo, barrosos, putos y chongos en las plazas, poesía, modernitos descafeinados. No tengo medida. Empiezo a recordar, a mezclar las cosas, lo leído, lo vivido, hay momentos que no sé los limites entre realidad y ficción, pero quizás eso sea la literatura y no por que yo sepa escribir, sino porque la memoria falla así: arreglando - emparchando - zurciendo y puenteando. A esta altura creo que con dos partes de ficción y una pìzquita de realidad –como diría algún cocinero de TV- ya se puede escribir una biografía.
Sigo viendo en Gourmet a Francis y descubro que eso es la poesía, cocinar con menos de 25 grados bajo cero, a la intemperie una sopa de zapallo al ajillo con el aceite de oliva que debe cortar con hacha porque se congela mientras lo hecha, y después escribirlo poéticamente, (con la mont-blanc) en la confortable cabaña, recién bañado, al lado del fuego de la gigantesca chimenea y con música de zamba brasilera de fondo.
Es que todo es como se presenta, (la envoltura decían las viejas en mi rioba) y lo principal para que se presente bien es la palabra pero también el gesto y también como se emite, cosa que la semiótica analizará en todos sus detalles. Y no es de ahora, ya los árabes en el 1300 por medio de la fisiognómica hacían estudios similares, los llamaban “firaza”, que es una noción compleja que significaba en general la capacidad de dar el salto de lo conocido a lo desconocido por inferencia (a base de indicios, pistas), como nos cuenta el tano Eco.
Yo haciendo un puro análisis de boliche, miraba la patética foto donde el candidato que siempre se preparó y por eso está al 100%, levanta las manos del turco escriba y del papá de Axel. Están arriba del palco pero el único que tiene aparato de sonido es él, será porque piensa que mejor que ellos no hablen, uno todo un salvavidas de plomo y el otro porque se pierde en su retórica y haría notar las fallas del poseedor del 100%.
Siguiendo con mis divagues, me engancho con el canal que en un mes no veremos mas, y mientras les grito a M. y A., “mirenlon ahora que dentro de un mes ya no estará…” veo y escucho que tiene razón Germán García, que no sólo dice sino que escribe en un pizarrón como si fuera una especie de subtitulado de su discurso inentendible sobre algo que odié a primera escucha, el término: “amor-líquido” y todas las pelotudeces líquidas que lo continuaron. Ya la primera vez que se lo escuché al turco de mardel, como la panacea de todos los males, cuando me lo contaba excitado, pensé en líquido como elemento que se acomodaba tomando la forma del recipiente que lo contuviera. Pero recién Germán explicaba pizarrón mediante, que el autor de la frase es un señor, filosofo, grande, que descubre después de años de repetir teorías aburridas, archiconocidas y sin ninguna originalidad que al adosar el término “líquido”, que sólo significa ¡perecedero!, las hace suyas y a su edad se llena de plata con una sola palabra que no aporta nada. Lo decía en el cierre de las jornadas sobre Lacan y Freud en la universidad, en esa forma de hablar confusa, de términos inteligibles, sobreentendidos, murmullos y susurros, casi un rezo. También hablaba de Lacan algo muy interesante pero no me acuerdo porque me fui quedando dormido, dormido mientras la voz confusa de Germán se transforma en la voz aflautada de Néstor que cansinamente dice:
“enal, echal anal el chal chalina echarpes toallas: jabonoso escamar; pupilas de óleo palpan en la

                                                                               [viscosidad
de la cerveza, en el sofá:
los cabizbajos merodean el ruir de oro y el más
                                                                                        [pillo
Introduce en su glotis la caña cristalina de la
                                                                                [transpiración
(el último fragmento de poema es Vahos, de Parque Lezama, de Perlogher).
Pero juro que este fin de semana me dejo de romper las bolas con la cultura y me voy a bailar a “Pasión Bailable”, que va a estar el Pichi Landi con su cuarteto reeditando el éxito “Cortate el pelo cabezón”…
Alejandro

21 septiembre 2007


TESTIMONIALES
CAUSAS QUE NO SE EXPLICAR SOBRE CIERTOS TEXTOS
(o la peligrosa mezcla de lo intelectual y lo emocional)
CON UN FINAL QUE ME DEJO DE “CAMA”
("las camitas")

A ver como lo explico. Como hago para contar y para que parezcan y aparezcan claros los antecedentes, que esto no sea una charla entre dos -aunque en este mundo de los blogs, todo sea casi un monólogo virtual (menos los posts creo)-.
Me pareció, (primera impresión) cuando leía el post de Diego sobre lo que le costaba leer Cadáveres de Perlongher, (pensé que podía ser una de sus ironías), pero lo ví raro en una persona que creo muy sensible, (esto último es otro problema mío, creer que todos sentimos igual ante las mismas lecturas y tratar de clasificar a los otros; pero ser el primero en no entender que otros se emocionen con lo que no me llega). Ya bastantes problemas me trajo y me trae en la vida real las "peleas" sobre lecturas y preferencias con mi hija, que es un poco menor que Diego, pero trato de ser políticamente correcto aceptando que tampoco es un problema la edad (ironía de jovato me diría A). Creo que tiene que ver con ciertos procesos (míos), con gustos, metejones y debilidades de años -en lectura, cine, música, plástica, etc. y que cuando en cualquier momento saltan los nombres de mis preferidos como pasó en el post anterior con Sarduy, Perlongher y otros, me vuelven recuerdos que no solo tienen que ver con lo literario y creo que ahí está la cosa. Es que siempre creí que con ellos, (otros muchos opinaban que era con Manuel Puig), empezaba la transformación a fines de los 60, (que es cuando yo los descubro), de toda una poética que metafóricamente hablaba de lo político y de lo ideológico, pero que leída ya no subterraneamente después de los primeros 80, se mezclaría con la discusión modernidad - posmodernidad. En los 60 ese movimiento era para algunos el final de los movimientos modernos, sobre todo para los países un poco padres del neobarroco: Cuba especialmente y después Brasil. Esto había comenzado con Lezama en Cuba y con Haroldo de Campos (y su hermano Augusto en Brasil) allá por los 50. Los cubanos ya citan (el grupo de la Revista Continente de los años 40-50 que aún Borges y Girondo, reniegan en un momento del modernismo para aceptar el neo barroco americano). Ya definido por estas tierras en esos 60 y aunque tienen que ver con un mismo tronco, muy apartado de los realismos y de los realismos políticos de los 50 y 60, hay una línea que une dentro del neobarroco (o neobarroso como después llamaría Perlongher) a escritores como la Pizarnik, Germán García, Luís Guzmán, todos ellos un poco herederos del último Girondo, casi todos al principio mas adscriptos a un sentimiento surrealista que a lo social-político, por mas que militaran algunos de ellos en el PC o en alguna de las tendencias del Peronismo. En el caso de Perlongher proviene de la izquierda socialista y es un activista con fuerte participación, (al principio en el grupo homosexual, Nuevo Mundo, y en los setenta creador entre otros del Frente de Liberación Homosexual FLH, antecedente del CHA, estos grupos rechazados por la izquierda peronista, donde los militantes debían ocultar sus preferencias sexuales. Y un Lamborghini que coquetea con la izquierda y con la tendencia del peronismo. Casi todo el material de estos escritores -no editado- lo leíamos en mi época mimeografiado o en ediciones piratas, se conocieron distintas versiones, todavía con correcciones, de "El fiord" de Lamborghini o de "Nanina" de Germán Garcia, o a veces también por entregas en revistas como "Cerdos y Peces" o "El Porteño", etc.
Era una poética de gran nivel intelectual que se discutía en ambientes donde tendría que convivir con los textos de Massotta, de Correa, del mejor Sebrelli, junto al Lacanismo, a los textos primigenios de Barthes en castellano como "El grado cero de la escritura" y mas tarde junto a las discusiones de los movimientos de la Transvanguardia, de la semiótica con los italianos o la Deconstrucción con los franceses.
En mi ciudad con la universidad ocupada por la CNU de los años setenta, (acordarse del caso Filler), el mismo Lamborghini funda la Sociedad Freudiana Marplatense, dando charlas donde siempre aparecían sus compañeros de ruta en la escritura poética-literaria y donde se leían y analizaban sus textos de referencia, la mayoría no editados en ese momento -creo que este boca a boca ayudó a provocar una avidez -leyenda para buscar luego a estos escritores en las librerías-. También pasaba algo similar en Buenos Aires donde además de conocerse de esa manera por intermedio de los grupos de disenso dentro de la APA, como el grupo Descartes liderado por Germán García, -era el mismo momento que en Francia se da el famoso debate Lacan Freud, 1980-, se escuchaban también en el teatro underground a poetas como Fernando Noy (poeta él también y compañero en los años 60 de la Pizarnik además de puestista de sus obras), o los conocidos Batato Barea y Urdapilleta que transmitían esta poesía a veces sin nombrar a los autores y otras veces modificadas por la dramatización y por su transmisión solo boca a boca. Siempre primó la carga emotiva, quizás porque fue un movimiento que se manifestó más en la poesía que en la narrativa. Uno de los pocos ejemplos en este último campo es la escritora de Santa Fé Angélica Gorodischer. Pero bueno no quiero seguir emplomando con todo esto, no tengo entidad más que para contar mis sensaciones que en este tema son muy viscerales. Lo escuché alguna vez al último Lamborghini en mardel, que cautivante como personaje se lo veía también difícil, irónico, críptico, farragoso, muchas veces decaído, bajoneado (sería ahora pienso por la enfermedad o por el cansancio de los viajes o por haberse recluido después de tantos años nuevamente en esa ciudad en la casa de su madre que lo cuidaba y acompañaba o simplemente por los problemas políticos de la época) la última vez que lo vimos antes de morir en España creo que era el 82. No soy yo el indicado para demostrarlo pero creo también que mucho de lo que dejó este movimiento se manifestó en los primeros noventa en cierta recuperación de la poesía mas joven y ciertos movimientos estéticos que se vieron en lugares como Belleza y Felicidad o el Malba ahora si despojadas sus obras de toda su intencionalidad política, colocando toda la mira sobre la copia, el fraude, etc.
Recuerdo en las visitas de los 80 de los Críticos que invitados por Glusberg, pudimos conocer en el CAYC, o en el Centro Recoleta, algunos teóricos como Mario Perinola, o Vattimo, que se interesaban y preguntaban por este movimiento. Otros como Omar Calabresse de la Universidad de Siena que presentó a fines de los 80 su libro “La era neobarroca”, al igual que su compañero en esos viajes a nuestras tierras Umberto Ecco, (de la Universidad de Bologna), quien ya había escrito sobre los barrocos contemporáneos en los primeros '80. Ambos los focalizaban en América, y trataban desde su influencia en la alta cultura, a las réplicas de las obras de arte, pasando por los talleres en México donde se fabrican los falsos Cartiers y otras joyas, los trasvestis, el comic y todos los líites cada vez mas indefinidos entre lo verdadero y lo falso de los objetos.
Otro de los asiduos visitantes fue el famosísimo Pierre Restany, (que era uno de los principales críticos franceses y en un articulo de la revista Láiz española de los años 90 habla ubicando en Argentina el nacimiento de un arte que es desprendimiento de nuestro Pop ditelliano de los años 60 y que se transforma por la sumatoria del neobarroco latinoamericano deviniendo “gracias a la cultura menemista” en “el arte guarango de los 90” y al que le adjudica todas las características de los neobarrocos latinos declarando reina del pop-barroco-guarango- argentino a Marta Minujín. Extraña teoría, pero con cierta coherencia.
Bueno para mi esto ya fue mucho, y me cansó, no está escrito con coherencia de analista, las fechas van y vienen, de pronto la falta de borrador hace que recuerde en el fárrago de los dos dedos algun nombre, o algun hecho que en vez de ser intercalado sigue la ruta del texto (¿?), pero había dicho ¡stop!, así que me tomo la píldora, un tecito y chau.
Ahh, la foto que ilustra el post, pertenece a la muestra “Las camitas” que hicimos hace años en el Centro Recoleta, (año 2002), 500 artistas argentinos a beneficio del Hospital Paroissien de la Matanza y lo recordaba al leer en “palm-blog”, la buena obra de los uruguayos que cuenta
Yamandú, un buen artista –tan uruguayo como su nombre que me hizo recordar al Yamandú Canosa, no por el estilo, este está mas dentro de la escuela de Gurvich uno mis preferidos, esto solo por lo que ví pispeando en su blog. Ojalá que tengan suerte en el remate de Castells. (Ahh, juro que lo mío también era una camita (las nuestras eran de alambre) pero me la quise dar de artista conceptual y si, soy solo un pintamonas y a mucha honra).
Si quieren ver más de esas camitas pinchen acá: www.papelesdearte.com.ar/camitas.html

Alejandro

14 septiembre 2007


TESTIMONIALES
TIEMPOS DE CAMBIO
Imágenes que van desde las Hermanitas Misioneras de la Caridad (línea Teresa) a las monjitas adoradoras del cura Grandier, pasando por las de clausura de Carmina Burana. (un post casi místico).
Ah y con los goliardos - Perlongher - Sarduy - Borges (¿?)

“ESTUANS INTERIUS”
Devorado (de rabia) en mi interior por un gran resentimiento con Amargura clamo en mi mente:
Hecho soy de mutable materia…
Piso el ancho camino de la juventud sin freno,
A los vicios me abrazo y de la virtud me olvido,
Ávido de gozar más que de salvación.

(Carmina Burana, La poesía de los Goliardos)

Como el invierno, empieza a pasar el período de la buena onda. El mal genio me llega como la anunciación a la virgen y la intolerancia que me marcan M. y A. no produce yemas nuevas como en las ramas de los árboles de la avenida. Pero eso sí, cambia totalmente los ángulos de visión. Se me cayeron y esperemos que no vuelvan, los cristales rosados que igualaban colores como la lente tonal de las filmadoras. No sé que pasará de nuevo en este tiempo negro que se avecina, sé que se va a dar, por que a cada rato aparecen estímulos nuevos, estímulos que son casi siempre visuales o será esta (mi) manía de transponer lo literario a lo visual. Leo el blog de Palm y la sola mención de “Los demonios de Luddum”, me lleva a centenares de imágenes, comenzando por la película de Russell (creo que fue una de sus pocas buenas), con su manada de monjas lésbicas, después leo los comentarios de Karla, que mujer de edad mayor (como yo), recuerda al libro de Huxley, que alguna vez le recomendé, como además de los que escribió sobre alucinógenos y que leíamos ansiosos allá por los setenta. Las imágenes como las luces estroboscópicas se van mezclando, con sensaciones, algunas hasta musicales tipo las de Carmina Burana, esa misa obscena sobre poemas goliardos del 1300 cuyos protagonistas, curas y monjas en conventos griegos, celebran saturnales o iniciación de vestales (o lo que orgía fuera). Aclaro para los mal pensados que salvo los alcoholes, yo nunca ni cigarrillo, salvo algún Cohiba conque me soborna mi marchand y últimamente ni eso (solo un berreta dominicano que rueda de un lado a otro de mi escritorio). Tampoco puede culparse a mis psicos, que ya no se venden sin receta y que no son mas que pobres muletas vitamínicas. Tengo algunos libros nuevos, A. me trajo de Brasil junto a una caja de picantes temerarios, las obras completas de Severo Sarduy, escritor que leo desde hace años, sobre todo por sus escritos sobre la pintura y al que descubrí en aquel “Barroco”, que compré hace años en mardel. Un personaje especial, propulsor en los cincuenta desde la revista “Continente” de los neo barrocos latinoamericanos un poco el “hijo bobo” de Lezama y sobrino de “la loca Piñeyra” aquel ladero de Gombrow que cuando se fue de la Argentina le dio como consejo a los escritores jóvenes ante la pregunta del ¿qué hacer acá después del cieguito? -“Maten a Borges” y subió al barco. Pero también Severo fue un poco el guía de Perlongher y su neo-barroso, los dos eran poetas, los dos eran muy putos, los dos con sus sincretismos; uno de lo afro-cubano y el otro con sus Changó y su Yemayá brasucas. Las diferencias, los ambientes en que se movían uno y otro; el cubano, (exilado en Francia y mal visto por los adoradores de la revolución cubana), moviéndose en los ambientes de la alta literatura y la diplomacia, apañado en su puesto de gerente de la editorial Gallimard. Siempre que leo un texto de Severo se me viene a la mente la foto con su imagen por el centro de París del brazo de su momentánea pareja, que le lleva varias cabezas y él en puntas de pie como una bailarina apoyándole la cabeza afeitada sobre el hombro, la pose sería cómica si no remitiera a las clásicas de los matrimonios de época en viaje de luna miel, trajeados a la page, trasegados por el sexo pero tratando de fabricar recuerdos para la futura familia cuando pasen los años. En cambio el poeta nuestro en su ostracismo por las favelas de Río, vividos a puro sexo ocasional, probando las drogas duras y blandas y trabajando en lo que él llamaba sus ciencias sociales como pedagogo o en su lucha como fundador y activista del movimiento homosexual argentino en los años de la represión allá por los fines de los setenta, fue otra cosa. Fue un transeúnte de los setenta, que junto a escritores como Germán García, Luís Guzmán o Lamborghini dieron aire a la literatura comprometida, fueron famosas sus peleas con Juan Gelman a quien igual respetaba y sus amores y explicaciones sobre la obra de Carrera a quien él si veía muy influenciado por Sarduy -decía que Carrera era a Sarduy lo que Sarduy era a Lezama Lima- adorador al principio de un lenguaje castizo perfecto, lo fue recreando y “ensuciando” hasta su muerte sidosa con toda las cargas que le dio el portuñol, el argot porteño con sus ritmos de tango y los distintos términos de las religiones afro que profesó, por eso le queda tan bien el título a la recopilación de su obra “Prosa Plebeya” hecha por Baigorria y Christian Ferrer.Siento que a Diego no le guste “Cadáveres”, quizás sea por su juventud, en los ochenta nos estremeció esa obra que escribió en su partida tardía pero definitiva, después de haberse estremecido por todos los muertos vistos aquí, quizás sea muy de los que transitamos esa época jodida. Es lógico que no nos guste o no nos sorprenda todo lo escrito, aunque otros, a los que respetamos nos digan que es bueno. A mi y no siento explicación nunca me llegaron ni la Pizarnik, ni Cortázar entre otros. Pero a veces conviene desbrozar el césped de “maleza” y como decía Borges haciendo alusión a los textos de Spinoza, filósofo místico que utiliza para explicar sus verdades, todo un andamiaje euclediano de axiomas, de definiciones, de postulados que entorpecen la lectura como sucede con su “Ética” y a la que Borges redescubre en un viaje a EE.UU., traducida al inglés y titulada “Of God” (De Dios) y donde se prescinde de su aparato geométrico. A partir de eso (Borges) dice que lo pudo entender ya que “dejé de lado las fórmulas y rescaté lo literario”, ese rescate del viejo Baruj lo llevaron a ser uno de sus filósofos queridos. Me acuerdo también llevado por este rio nunca estanque (ojalá) de mis pensamientos, del amor de Lacan por Spinoza que de joven hizo que tapizara las paredes de su cuarto con sus textos. Y usara una de las proposiciones de su Etica, en su tesis de psiquiatría sobre la paranoia, “un afecto cualquiera de un individuo difiere del afecto del otro, tanto cuanto difiera la esencia de uno de la esencia del otro”, ¿claro no?... Pero como siempre ya estoy divagando y me fui nuevamente al carajo, emocionado, escuchando a todo sonido la vieja cassette del Carmina que viajó conmigo desde mardel, junto a los libros entre ellos el “Barroco” de Sarduy, junto a los perros enjaulados, (que ya no están), junto a la gata dopada (también ausente). De la cassette hoy día sólo puedo escuchar la mitad, la otra se borró o algo así con la caída del techo de la casa de Caballito, (primera parada del viaje, casa que fue un sueño frustrado -uno mas-) ya hace más de quince años…

Ahora mientras me tomo un café, escucho por Crónica que detuvieron a un coreano con ochenta mil pastillas de éxtasis y pienso en mi vecino ponja desaparecido desde hace una semana…

Termino con un poema de Severo, a uno de mis pintores predilectos Giorgio Morandi.
Morandi
A Andrés Sánchez Robayna

No los colores, ni la forma pura.
Memoria de la Tinta. Sedimento
que decanta la luz de su pigmento,
más allá de la tela y su armadura.
Las líneas no, ni sombra ni textura,
Ni la breve ilusión del movimiento;
nada más que el silencio: el sentimiento
de estar en su presencia. La Pintura
en franjas paralelas cuya bruma
cruza la tela intacta, aunque teñida
de cinabrio, de vino que se esfuma;
púrpura, bermellón anaranjada…
El rojo de la sangre derramada
selló su exploración. También su vida.

“Un testigo fugaz y disfrazado”, Barcelona, Ediciones del Mall, 1985. Poesía.
Alejandro

09 septiembre 2007


TESTIMONIALES
EDUCANDO AL GALERISTA
QUE ENTRE OTRAS COSAS SE CREE UN MARCHAND “FINESECULAR”, (SIGLO XIX )
MIENTRAS ME VA DE A POCO ABANDONANDO LA BUENA ONDA Y CHAPOTEO EN EL AJENJO.

Es otro momento raro. Mi buena onda ya descripta, (por suerte) creo que se está terminando, junto a las pastillas de “autoayuda”. Después de muchos años dependo otra vez de situaciones mágicas. Desde que empecé con esta vida rara de pintor, tuve contratos con algún galerista, salvo el período “primigenio” de la plaza, lo que casi siempre liberó mis angustias primarias. Ante esta cuestión un amigo pintor (de origen húngaro) preguntaría: “y eso es bueno… o es malo”, (claro, sin escuchar su tono similar al Olmedo de “No toca botón” no hace gracia. Pero por esa razón viví casi treinta años la pintura como un empleo -y eso si es malo-. Solo en ciertos momentos y este es uno en que soy un poco artífice de este mi pobre destino cosa que me pone muy nervioso ante situaciones que no puedo solucionar ni con el I-Ching. Sumada a la situación, el acoso de la mafia coreana con su representante barrial Ling y a eso la malaria económica de los tiempos k, (gobierno que no es de mis preferencias) cualquiera estaría tan alterado como yo.
Pero en esta vida siempre hay quien te odia por derecha junto a quien te ama por izquierda. En la partida de los odios “lógicos”, además del nipón, adjunto a mis marchands, y entre ellos a D, a partir de ahora, (en fojas): el “estereotipo”, creo que si hay una machietta de galerista - marchand - “mecenas”, es él. Lo de mecenas es la imagen que como en el tango le devuelve el espejo (a él).
Fui hace muchos años, antes que hiciéramos “negocios” (risas en la platea) amigo del viejo, un bohemio total, músico, preferentemente de jazz y bueno. Con D. mi asombro llega al nivel del entomólogo que trata de estudiar a su coleóptero, pero descubre que siempre le sobra una pata o le falta un élitro: inclasificable. D. también pintó y lo hace notar; ante tu cuadro terminado (para entregárselo) reacciona: “Ahí poné un naranja… le falta uno de tus naranjas.”, “reforzá ese tallo verde, pero ese verde tuyo…” “Continua ese blanco del reflejo para que corte la jarra, un pintor de tus años, no puede hacer esa burrada…" Siempre termina la cosa cuando le contesto “Porqué no te vas al carajo y te vas a pintar tus propios cuadros”. La conversa termina con “estereotipo” diciendo: “…Porque mi jermu no me deja… dice que ensucio el depto… me hace caminar con patines”. Ahora se separó, veremos… volvemos al escritorio, saca un fajo de billetes, pelea los precios, como si fuera la mercadería mas común y cuando a la hora llegás a un acuerdo (¿?), pela la chequera, guarda el efectivo y empieza a firmar, deja un piquito que completa con papel moneda “Para que te muevas y no andes diciendo por ahí que soy un turro”… Le rechazas el último cheque por la fecha, mete el fajo de billetes en el bolsillo y del otro saca un fajo de cheques, busca un rato y lo cambia por uno de un cliente diez días antes que el anterior, mientras te dice que cuando se hunda económicamente la culpa será de la ex mujer y tuya…Antes de irse te roba un boceto que tenés sobre la mesa y te lo hace firmar y dedicar. A la semana lo verás en la galería enmarcado para la venta, o en alguna subasta… Se va diciendo frases como “Si la gente supiera lo que cuesta educarla…”, llegamos al coche, un último modelo importado y cuando le digo, “¿y todavía llorás?”, me dice “Herencia de papá”, el último chiste antes de partir con los cuadros mal acomodados y rozándose uno contra otro es: “¿Viste el tablero, tapizado con piel de pintores?…”
Por el lado de los chinos, tranquilo, bien. Ling no está, atiende la china pero se la ve inquieta, ¿andará el marido en alguna operación peligrosa?... Lo habrá mandado la orga a algún lugar peligroso tipo la triple frontera? Tampoco veo entre las góndolas a los paraguas, se los habrá llevado con él o estarán entregando en el barrio. Por el mundo virtual me revolvió recuerdos el post de Palm sobre la tristeza, las bebidas y otras yerbas. No me jode la tristeza, ya lo dije hace poco: soy un poco depre, (aunque no bipolar como la K). En cuanto al alcohol, le he dado sin asco a diferentes tipos (de alcoholes), siempre eligiendo por bolsillo y especulando cuando la sed iba a ser larga por los mas torabas o los mas pegadores, (casi siempre la sed era proporcional a la malaria o a estadios en los que se mezclaba con angustias económicas o con problemas del cuore).
Otro problema con mi marchand, yo tengo problemas económicos, el sólo problemas financieros. Con los años pareciera que se estabilizan las cuentas, pero solo es que uno se acostumbra a vivir mal y en cuanto al cuore se encallece y uno se trova escéptico aunque en la mesa del boliche digan que eso es filosofía pura, no como la de Puán, (bueno lo dicen los que solo llegaron a la mitad de la primaria). Durante tu vida escuchas decir muchas boludeces, una de las mas escuchadas: - te voy a dar un consejo: cuando tengas guita, toma alcohol fino. Pasan los años, tenés algo de teca esa noche pero cuando entrás al primer boliche, pedís tu grapita y de dorapa, miras mal al mozo cuando te mide de arriba abajo y te despacha la hiel pero tampoco hacés caso a tu hígado que arrodillado te propone cambiarla por una cucharada de dulce de membrillo reconstituyente. Tu médico de cabecera te diagnostica hígado graso, mientras te tira en la cara el humo de su cigarro y apura por la hora (tarde) el quinto gintonic, claro te está atendiendo de dorapa en el cheboli, en la mismísima barra, y diagnosticando a puro síntoma, te firma la receta con el apio del blood Mary de la secretaria que lo acompaña en contravención y se va dejándote solo. Te quedas en la barra con la receta inútil para comprar los psicos, toda mojada de tomate. Alguna de las minas que te conoce (no relacionar con Karla) y que por descarte van quedando en la barra a esa hora, pasa y te saluda pero con temor de que la invites a tomar algo. Todas conocen tu pasado, tu bebida, tus dolores, tus cuentos, tus historias y les huyen a tu historia y a vos. Al rato el mozo te sube al taxi y pone en la mano del tachero tu dirección y diez pesos. Uia, se me esta yendo la buena onda, gracias a Dios …
Alejandro

03 septiembre 2007


TESTIMONIALES
ENCUENTRO CON LING, EL MISTERIOSO COREANO.
DE A POCO SE TERMINA LA BUENA ONDA
O NO HAY ONDA QUE DURE 100 AÑOS.

Ling esta más misterioso que nunca, detrás de la caja de “La Perlita” con sus anteojos negros con armazón grueso de pasta simil carey, no sabés si te está mirando o no. Parece esas arañas que desde el interior de la tela esperan que caiga la mosca mientras escupen las alas de la “comida” anterior (pero en silencio para no espantar a la presa). Muy peinado, con gel, una especie de jopo antiguo, campera oscura, remera amarilla, pantalones del tono de la chamarra y sus habituales ojotas de goma, sin medias, hace como que lee ese extraño diario que está en todas las despensas de los “chinos” (y en los que le deben llegar las directivas). El diario, del tamaño de una guía de teléfono de pueblo parece fotocopiado, por la mala calidad de las fotos y más que seguro tiene que ver con esa mafia coreana, parecida a la Yakusa japonesa. Parece que el “chino” me adivinara el pensamiento mientras me mira y recita el ”¿Todo bien?...” se saca la camperita veraniega y se frota con el dedo índice -como si fuera un cuchillito- el bicep derecho donde luce una flor de loto con un letrerito en chino (¿?) seguramente marca de su iniciación en la secta -allá en Asia- y lo hace además de con el gesto amenazante (seguro que con una mirada desafiante que no puedo ver por los anteojos).
Cuando me meto entre las góndolas, siento que me vigila por las cámaras como un gran hermano amarillo y que me sigue con la oblicuidad de su mirada paso a paso. Trato de mambearlo un poco, toco frascos, latas, paquetes y vuelvo a dejarlos (pero en diferentes lugares), dos pasos más y aparecen los santiagueños que son su “corp of force” se acercan y van ordenando lo que dejé mal colocado a la vez que se fijan si los envases no fueron vulnerados. Hoy voy a cagarlo, paso por la carnicería pero compro pescado (filet), tomo un paquete de fideos de arroz, un frasco de soja berreta pero que me servirá para mis planes, aceite de arroz y después encaro hacia el bolita. Tengo la cabeza saturada, empecé en la puerta, al pasar por la caja de Ling, con rock coreano, después el carniza con música bailantera paraguaya con animador guarany incluído y para terminar el del altiplano con sus hijas escuchando takiraris…Trato de ponerlos en “su lugar justo" pidiéndoles de entrada ajo, limones y albahaca, me despacha todo menos la hierba y trata de explicarme en aymara básico que no hay por la helada. Arremeto con el puerro, un paquetito de soja en brote y la cebolla de verdeo. Me tiento en un arranque de maldad de pedirles corpiños y bombachas como sus congéneres de la calle Santa Fé (pero además pensarían mal de mi) y encaro hasta la caja. Ling mira con sorna los fideos de arroz y con una sonrisa casi tanguera me dice: “ricos”, me pregunta por el resto como lo comemos en Argentina, le digo que acá no comemos eso, que nosotros somos de asado, papas fritas, milanesas, pizza. Vuelve a cagarse de risa, y me pregunta como lo cocino, le explico ya muy harto que en el wok, mientras se rie y escupe sobre el cajoncito de los champúes y las cafiaspirinas, me dice que esa comida alcanzará solo para un plato y que con qué voy a llenar los otros once. Paranoico por la encuesta y angustiado le digo que es plato único, que no comemos doce platitos como ellos. Me saca la bolsita de pan y la descarga en el canasto de mimbre, mientras masculla, sin pan sin pan… Me mira con pena y me regala una lata de Lychee, que son una especie de orejoncitos anémicos y con un cierto gusto almendrado, al abrir la lata después comprobaría que están bastante deshechos. Ofrezco pagárselos, pero me dice: “no, regalo, son truchos, sin devolución…” me voy, cruzándome en la misma puerta con el traba que viene del brazo de la trola y ahí se me hace la luz, el chino es la rama proxeneta de la organización mafiosa.
Un terrible cabezazo en la zona genital, me deja sin aire, agachado, enrollado y boqueando aire y mientras recojo los pedazos de pescado fileteado en tiritas y los puerros desparramados por el piso, puteo a Facundo, el hijo de Ling, que entra a los pedos con su uniforme del colegio de la comunidad que está allá por la calle Yatay frente a la Ort. Trato de recomponerme, el trompa ya mandó a los dos santiagueños para que me recojan las cosas y me den aire con sendos trapos de piso. Me reponen la botella de vino por otra, me sacan algún vidrio de las manos, me ubican en la vertical, y me empujan para que como un autito a fricción siga mi ruta. Miro a los santiagueños y les veo un leve parecido con el chino, con el paraguayo carniza y con el bolita aymara, hasta los veo ya con un tinte amarillo verdoso. Pienso en Gombrow y su viaje por Argentina, su excesivo amor por los de la tierra de Aguirre, puteo mentalmente también al polaco y corro los cincuenta metros hasta mi casa, donde solo me siento seguro cuando cierro con la cuarta llave y pongo la traba de hierro. Almuerzo un bife con ensalada. Esta noche espiaré desde el balcón con el largavista voyeur…
Alejandro