Llama la flaca de Italia, harta del Natale,del Papa y del Bambino Gesú. Ella vive desde hace años en la zona de los Abruzos que este año se hiciera famosa por los terremotos y los muertos. La flaca zafó. Habla desde "jitali" doppo el Campari, harta de natales. Harta de villancicos y harta de campanas que marcan las distintas misas, los distintos rosarios, los distintos via crucis,las distintas estaciones del recorrido del Bambino, bajando y subiendo los multiples escalones del il villaggio..
Pero todo cambió, la puta modernidad que preserva arbolitos, peces, musgos, algas y edificios,todo menos personas hace que las putas campanas del Natale solo sean una grabación que no pone en peligro los edificios con la oscilación de los campanarios medievales, resquebrajados, restaurados y vueltos a rajar, sin argamaza que pueda restaurar el paso de los años.
Nos cagamos de risa pero acusamos.
Y pienso en la flaca mostrando su pezón con los tres pelos largos y enrulados como pelos de pubis al interventor-intendente puesto por los milicos, de la ciudad costera, cuando el pobre la miraba aterrado a finales de los setenta lóbregos, sin entender el por que de su rostro mitad negro y mitad blanco y la teta desenfudada ante los entorchados de la intendencia y de la base de submarinos local, controladores de los actos culturales del museito local. Teta que lograba disimular con su desparpajo el robo de alguna botella de guisqui importado y alguna caja de camarones o langostinos de exportación que llevaban las señoras de la comisión de damas de amigos del museo, nuestros enemigos. Mariscos que servían sus "sirvientas", mejor vestidas que nosotros...
Despues a correr al frio por la loma de Colón, con la tebolla entre las camperas, aunque cagandonos de frio...
Ahora en la modernidad todo es una grabación que no resquebraja ninguna pared , pero juro que en algún momento fuimos jovenes y felices y que rajamos la tierra.
alejandro
Pero todo cambió, la puta modernidad que preserva arbolitos, peces, musgos, algas y edificios,todo menos personas hace que las putas campanas del Natale solo sean una grabación que no pone en peligro los edificios con la oscilación de los campanarios medievales, resquebrajados, restaurados y vueltos a rajar, sin argamaza que pueda restaurar el paso de los años.
Nos cagamos de risa pero acusamos.
Y pienso en la flaca mostrando su pezón con los tres pelos largos y enrulados como pelos de pubis al interventor-intendente puesto por los milicos, de la ciudad costera, cuando el pobre la miraba aterrado a finales de los setenta lóbregos, sin entender el por que de su rostro mitad negro y mitad blanco y la teta desenfudada ante los entorchados de la intendencia y de la base de submarinos local, controladores de los actos culturales del museito local. Teta que lograba disimular con su desparpajo el robo de alguna botella de guisqui importado y alguna caja de camarones o langostinos de exportación que llevaban las señoras de la comisión de damas de amigos del museo, nuestros enemigos. Mariscos que servían sus "sirvientas", mejor vestidas que nosotros...
Despues a correr al frio por la loma de Colón, con la tebolla entre las camperas, aunque cagandonos de frio...
Ahora en la modernidad todo es una grabación que no resquebraja ninguna pared , pero juro que en algún momento fuimos jovenes y felices y que rajamos la tierra.
alejandro