RE-CAPITULAR
Hoy es miércoles y trato todavía de descular (como decíamos en el rioba) mi último post. Los textos los escribo casi de un tirón y los corrijo poco, (se nota) para que tengan cierta frescura y vitalidad que no sé manejar fuera de la conversa -si ya sé, que lo que no sé manejar es una escritura coherente, tampoco una charla, pero eso ahora no es el caso-. Sé que hay mucha dispersión en esto, por momentos tiro datos que me llegan y que me rondan constantemente, datos que me molestan, escribo algo y de pronto una palabra o una idea aparecen y me voy a la mierda, lo mio sé que no es pensamiento lineal, ni arbóreo, ni pensamiento rizomático ¿O será la mezcla continua y espontánea de todos ellos para confusión de los demás? Sé que confundo cuando hablo de mercado de arte que se mezcla con el arte en si. Pero es una forma de deformación profesional que creo que no sólo a mi me pasa. A veces hablo de arte, otras de Arte, y otras de Mercado, pero siempre se mezcla todo -alguien diría “le pregunto con el sentimiento y me contesta con el bolsillo”- pero siempre lo que digo es desde la óptica de un pintor, de un pintor que hace en este momento un poco mas de 8 años que no está atado a contratos de exclusividad, que en estos últimos años expuso poco, que no participa hace mucho mas en premios y que también hace tiempo que no es jurado de salones de plástica (aquí el autor adoptó la clásica tercer persona maradoniana).
Lo que trato de expresar es que conozco (algo) el mundo donde me muevo, desde adentro, pero que no tengo compromisos (por ahora, en cualquier momento uno puede llegar a encontrar su precio y los admite de toda la vida, como el Iñaki, buscando compañera para bailar Giselle). La charla con gente del arte sea del nivel que sea y fuera de las aburridas mesas redondas, a las que se pueden asistir en esta plaza, siempre terminan con el consabido ¿Estás vendiendo? ¿En galería? ¿Particular? ¿Mandaste a tal premio? Mirá que el jurado es gomia, ¿Sabés que hay 15 lucas?, ¿Cobrás de algun salón mensual? (referencia a las consabidas “jubilaciones” que se dan a los premiados en los salones nacionales o municipales de por vida y donde siempre se respeta un cierto escalafón). Sobre tu obra: un carajo (si hay alguien a quien no le interesa tu pintura es a tus narcisistas colegas) pero sí, te van a hacer las preguntas más pedestres, ¿Cuánto salen esos bastidores?, ¿La tela es aparte?, ¿Dónde los conseguís?, ¿Pintaste con óleo o con acrílico?, ¿Esa mancha es pastel óleo o seco?, ¿Quién te enmarca?. Basta, por favor… dejé por eso de asistir hace años a muestras y reuniones, algunos creen que estoy muerto (y lo dicen), otros que estoy enfermo, alguno me dice cuando nos cruzamos ¿Pero cómo, no te habías vuelto a mardel? etc., basta por favor, alguna vez hagan una pregunta sobre la obra, el porqué de la misma, porqué el estilo… Y además de eso las parodias en las mesas redondas donde la mayoría que asisten son estudiantes para preguntarle al artista “faro del arte”, por lo común maestro en el taller al que asisten, sobre el miedo a la tela en blanco o como mostrar las primeras obras o si los puntos rojos de venta en las galerías son reales, o cómo se consigue pintar con personalidad y estilo (pobres recién empiezan y quieren ser distintos, como harán para diferenciarse a los 80 años cuando ya sólo sean un estereotipo que cuelga en alguna sala) mientras el quía que ya habló y repartió tarjetería entre algunas damas que preguntan por cursos particulares, sólo piensa en cómo colocarle a la institución que lo invitó y patrocina la charla, una nueva pieza que le permita pagar las cuotas del bulo dos o tres meses más.
No sé cómo es el mundo de la literatura pero me lo imagino muy similar. Y también otros compartimentos de la cultura, como la música o el cine o el teatro o la TV. Pero hoy leía una nota sobre una charla de Alfredo Casero sobre la TV y encontré “un tipo que la tiene muy clara” como diría el Cholo, un goruta del barrio. Una frase espectacular “la televisión está muriendo en su propia injusticia”. Grande Casero, cuánto hubiera dado por haber escupido acá “el arte está muriendo en su propia injusticia”, aunque se llenen las galerías de gente durante los gallery nigths, a tomar el champán extrabrut de los sponsors.
En el post anterior decía que en la lista de los cien personajes más influyentes del mundo del arte no abundaban justamente los artistas, pero sí los críticos, galeristas, dueños de casas rematadoras -primer puesto- y menos que en las últimas décadas, teóricos y filósofos a los que les importara la estética. Y es una punta. Pero recibí una nota de un sitio cultural español, donde uno de los temas principales es sobre artistas que cuestionan el papel de la crítica de arte, (el tema está en el aire y no sólo acá), a veces por milagro se da que el tema aparezca en los países de la abundancia que es donde las crisis culturales tardan más en verse, o no. Entre los más inteligentes de la discusión está el texto de Luis Gordillo, un artista español, que muy sabiamente comenta entre otras cosas, que después del arte conceptual, los conceptos se han hecho materia de arte, lo que hace que el crítico suba de nivel y se convierta en creador. Todo eso resulta en que la división entre teoría y creación no sea ya tan clara. Y termina diciendo que “a veces parece que el arte es sólo un ejemplo de la teoría o del pensamiento del artista. El arte se hace social, étnico, político, en fin, un arte que es una metáfora del concepto”.
También “como decíamos ayer” hablaba no sé si en los coments, de los temores a la gestión cultural de Macri y a su elegido ministro filósofo - titiritero. A las declaraciones en los diarios del susodicho (Rodríguez Felder) se cuela la noticia de que su cargo fue impulsado por Gutiérrez Zaldívar (la mujer de Felder -Graciela Genovés- es artista del galerista adorador de Quirós y Fader). Y sus primeras declaraciones son de terror: “a las vanguardias las sostiene el capitalismo” (explicando que los artistas conceptuales que trabajan con fotocopias, o hacen nada mas que un par de trazos pueden hacer “hasta 7.000 obras por año y así satisfacer la demanda capitalista”. Y da como ejemplo la obra de Lucio Fontana que “murió rico haciendo sólo tajos a la tela” (Verdaderamente Fontana nacido en la Argentina muere en Italia con ciudadanía italiana y como creador de un movimiento a nivel mundial que se llama Espacialismo, habiendo ganado en sus últimos años el gran premio de pintura de Venecia con lo que pudo reformar la casa taller). Justo en la página siguiente del diario notas sobre el León de León, un artista famoso por trabajar con fotocopias de la Biblia, que termina de ganarlo y que es el premio mayor que ha ganado un artista argentino. Sigo con la charla del filósofo-titiritero donde le cuenta al periodista cómo fue que lo impresionó a Mauricio, que es Macri y qué hizo que éste lo conchabara, (lo voy a copiar textual, porque no quiero que nadie diga que invento mas de lo que invento, ni que lo saqué de contexto como dicen por ahí):
”En mi reunión con el gobernador Macri le di un ejemplo que lo dejó con los ojos abiertos. Es una parábola que resume mi concepto de cultura. Sale un Jumbo de Buenos Aires con mucha gente sabia en su interior, científicos, artistas, intelectuales. El avión tiene un desperfecto y cae en el Mato Grosso, y todos se encuentran en una jungla espesa, hostil, calurosa... Hay serpientes, animales peligrosos. Nadie sabe qué hacer, y se plantea el tema de la muerte. De pronto aparece un indiecito analfabeto. Les enseña donde dormir, donde obtener alimentos, donde hay un río que desemboca en el mar. Los orienta, y todos se salvan. ¿Quién es el culto allí? ¡El analfabeto! Hay una sabiduría distinta que salva a los más sabios. Eso enseña que no hay que restringir el concepto de cultura”
(diario Ambito Financiero, jueves 18, pág. 12, reportaje a una página con agregado de recuadro titulado “Aristóteles me guiará”
Digamos que… nada, no digamos nada. Por suerte el diario de hoy también trae aunque sea en la página de espectáculos porque debería estar en cultura, un reportaje a Juan Carlos Gené donde habla de las dificultades de la cultura y su relación con el estado, de las dificultades históricas de la cultura con el peronismo y sobre todo con “este peronismo” que nos gobierna, su lucha actual por el Cervantes y comenta su historia personal recordando en este triste día de la lealtad su viaje con Perón en aquel vuelo de noviembre del '72. Vuelvo al premio de Venecia comentado acá, el premio a León Ferrari a quien no quiero como tipo, (pero eso que importa), lo importante es su premio y como gana en esta Venecia toda una línea de arte politizado que no político. Arte ideológico, histórico, que vimos acá expuesta en los años sesenta en el Di Tella, como repudio a la guerra de Vietnam, aunque su verdadera obra política en esos años fue la manifestada en el movimiento Tucumán Arde un poco al frente de los artistas porteños y enfrentado a los grupos del interior, sobre todo los Rosarinos alrededor de Pablo Renzi, y en contra de Romero Brest todos. Hoy en un momento mientras escribía o pintaba, escuché por radio un reportaje al “Yuyo” Noé hecho por ser artista destacadísimo y “amigo” de Ferrari y como dije muchas veces: de mis amigos me libre Dios, que de mis enemigos me libro yo… Pensé en el pobre entrevistador, desconocedor de las intrigas palaciegas o de café (palaciegas acá por lo del Pale de Glace) puteando por lo bajo a sus productores por haberlo puesto con el “amigo” equivocado, pero ya era tarde y como podía mechaba de su propio coleto -que antigüedad- lo que hubiera querido escuchar de un artista amigo, mientras el “Yuyo” seguía diciendo sobre la obra del ganador del premio veneto, que sin la censura de la iglesia y de sus fieles, que llegaron a rezar el rosario todos los días arrodillados ante la muestra del Recoleta, no se hubiera enterado “todo el mundo” de la muestra, ni hubiera tenido hasta la condena de Bergoglio, a la pregunta sobre el arte político, contestaba que sólo una pequeña porción del arte de su amigo lo era…
Seguí mascullando en mi mundo y pensando que bueno... que es lo que tenemos, pero que siempre puede ser un poco peor.
Por suerte leí esta semana una muy buena nota a un gran artista que es Juan Lecuona, sobre su obra, su libro y sus dos grandes últimos premios: El Trabucco y el gran Premio del Salón Nacional y bueno a veces los premios si son merecidos. Me impresionó últimamente las disputas en España ante la imposibilidad de apostatar el bautismo en la iglesia católica, partiendo de que cuando te enjaretan el sacramento sos un crío sin ninguna posibilidad intelectual de negarte y llego a la conclusión que lo mismo debería pasar con el Arte, poder decir, con madurez “me interesa un carajo el Arte”, solo dejemen hacer mi laburito artesanal, lindo o no pero con los mismos sentimientos con los que un músico que toca de oído te hace piantar un lagrimón con un buen tango… Como dirían en alguna película esto sólo es el comienzo de…
chan-chan
Alejandro