29 enero 2008

¡CHAU NO VA MAS!...
Es la ley de la vida devenir,
¡Chau, no va mas!...
Ya gastamos las balas y el fusil...
Virgilio/Homero Exposito.

26 enero 2008


TESTIMONIALES
"TRISTE, SOLITARIA Y BOLUDA"
ODAS A UNA NEURONA QUE SE MUERE
CARTA A UN CACHORRO (¿DE LEON?)
OJALÁ...
Con las neuronas flotando como naúfragos en el vacío y rebotando entre ellas, cada vez más anquilosadas las pobres, más boludas, porque si se salvaron antes de tanta tragedia etílica ¿por qué ahora se quieren suicidar contra los huesos salvamolleras? ¿Sigue el calor?, no sé, es como un estadío en aceite o vaselina, aunque esto último suene muy a cosa erótica. Pero no, yo hablo de algo parecido a esos fluidos como los de las obras de Damien Hirts, que aunque hayas pagado millones de libras igual se van descomponiendo y el cuerpo del carnero o del tiburón se va deshilachando mientras el olor pestilente va invadiendo el ámbito de la sala donde se expone y por más formol o colonia que tirés al aire hiede a podrido. Y no caminás, reptás, te movés en el fluido casi como si nadaras… Es ese olor que como dice el Turco grande empiezan a tener las minas a cierta edad “porque ya pierden por las juntas como los autos viejos” el turco escriba lo mira y se rie, pero como Patán tapándose la boca con la diestra, no a lo otomano con sonrisa de dientes blancos y amplia, ya lo aprovechará en algún escrito, si es que vuelve a escribir.
Una de las novedades de este estado casi inmóvil - kristinista - continuista, es que no tenés mas presente, el ahora es solo bisagra entre el pasado cada vez mas irreal y el esforzarte en pensar en un futuro genial como única meta. Todo mi resto al futuro, grito y empujo todas las fichas restantes a cualquier casillero, sabiendo que el croupier va a gritar cero: que no es tu número. Pero calor y un vacío en la ciudad, un mundo abandonado como el de la película del único hombre sobre la tierra, tema idiota si los hay, un normal, el único contra millones de vampiros (los diferentes). ¿Qué es la normalidad y quien la tiene, cuándo el normal es un solo individuo? No será un caso de discriminación al revés. Tampoco leo mucho ahora, es mal tiempo. Todo lo que agarro va quedando al rato en la pila, ya Pauls quedó muy abajo. Leo por ahí títulos que me podrían interesar, pero no, ahora no. Hay temas que me hacen pensar, mucho, ahora el tema es el amigo de Palm. En el fondo sigue siendo el replanteo de la edad (mío). Pienso lo que hubiera hecho (y lo que hice yo a esa edad) la llegada a Bs. As. y dormir en bancos de plaza, o caminar durante días al sol, claro que París es otra cosa y si estás “caliente” la hostia. Pero supe y todavía lo se, lo que es yirar con la carpetita debajo del brazo. Nadie te espera. Y cuando se den cuenta que eras el hombre elegido ya te empujan tus nietos la silla de ruedas. Todo se profesionalizó demasiado rápido, menos vos (yo). Representantes, marchands, coleccionistas, comisarios, curadores, críticos, galeristas y vos solo con tus “papelitos”. Todos miran tus cosas-obras tratando de ver donde te encasillan, donde te ubican, donde ordenan tu imagen, sino no servís. Pero por suerte sos bastante normalito, podrías pasar por una versión algo lisiada (digo con capacidades diferentes) de alguno de los tios que ves en cualquier catálogo de cualquier galería de cualquier lugar del mundo, soporte mas, soporte menos. ¿Qué es lo que te diferencia?, ¿ese fondito neutro de papel tan sixties de ese rosa bombón tan malba que te amariconaba y lograba contemporaneizar el gesto? Miran lo tuyo y tratan enseguida de asimilarlo a los grafismos que atestan y apestan las páginas de Art-news, Art-Foums y de todos los Arts que llenan los quioscos de la calle Florida y que te dan ideas tan pret a porter para muestras en el Rojas (aunque sean en la columna de la puerta del Rojas). Después empieza el fichaje: te preguntan donde tenés el estudio, si pensás radicarte en Francia, cuando volvés, si tenés tamaños mas grandes, que galerías te representan, descubren que hay algo de tus trabajos que puede ser interesante, dicen que les dejes un disco con tu material y con la dirección de tu representante en el país para en algún momento combinar para muestras de ignotos o de generación o... -Aunque, ¿qué edad tenés?, ¿25?, para lanzarte es tarde, podríamos esperar cuatro o cinco años más para generación intermedia, aunque sin trayectoria no interesarías para inversión a los 30. Pero hay detalles en varios de los dibujos que pueden interesar para unos amigos decoradores que están por sacar una serie de empapelados para cuartos, eso sí cambiando la línea tembleque-artística por algo mas gráfico, mas actual, ¿mas comics viste? ¿Y con color qué tenés? Sabés que es otro precio. Pero no sobre papel, no, me los tendrías que traer en tela, nosotros te aconsejaríamos como enmarcarlos, y cada dos o tres meses renovaríamos los que no gustan y te liquidaríamos lo vendido, menos el 50 por ciento de galería. Sería una forma de empezar, de que te vieran aca, mas de uno tuvo suerte y… Y ahí estas vos, mirando el reloj de reojo, sabés que te espera la “gala” y que te queda una semana para volver al ispa. Les proponés que te compren la carpeta a precio de mierda pero por lo menos para salvar las salidas con la “gala”. Se miran entre ellos, te piden unos minutos y vuelven ofreciéndote 500 euros por todos los trabajos, enmarcarlos, hacer un cataloguito simple y mostrarlos. Agarras viaje, ya estás podrido de patear y solo querés tomarte una birra y arrimarle a la francesa cuando vuelvas esa noche a París y te tire la llave para que entres… Te vas manoseando los 500 en el bolsillo, no podés ya ver mas gente, no te queda mas la obra, además nadie te dio bola, el francés te es dificultoso cuando no es para garchar con la gala que ya esta altura te perdona cualquier cosa, todo te es dificultoso ya y los galeristas unos turros, como los argentinos pero en gabacho, la mayoría ni te miró a vos ni a los trabajos, todos con el cuento que hasta fin de temporada no seleccionaban obra nueva, todos te hicieron notar que venías sin recomendación. El que se portó mejor te dio un papel mal mimeografiado de una sala donde exponen Latinos, -una especie de feria, viste, exponen obras, hay algunos conjuntos de música del altiplano, una orquestita de tango- Y puteás a Paris, a la Marsellesa, a Monet, y al Louvre de mierda donde te quisieron cobrar 56 euros para ver a un puto japonés que hace muñecos inflables con caras de boludos pero con unas porongas mas grandes que el cuerpo…
Claro pero como prevenir a alguien si uno tampoco aceptó consejos y como dicen que decía ese gran burgués del PC -que a veces también era poeta-, cuando vivía en Isla Negra “Muere lentamente quien no da vuelta la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos” …No es que me agrade ese poeta, tampoco que lo recuerde y mucho menos que haya buscado en sus libros para recordar esta frase. Sus libros desde hace cientos de años que ya no los tengo, seguro que se los presté con doble intención a alguien que sabía que no me los devolvería… Pero hoy leí que se lo habían dicho a Prodi en Italia para retirarle la confianza, y allí pensé en la utilización de la poesía (viste que para algo puede servir el arte) de la poesía o de los “versos” de un comunista por los demócratas cristianos que alguna vez fueron compiches con la puta teoría de la liberación mediante, pero esa era otra historia. Que París, mi aborrecido París sea una fiesta, aunque entre sábanas y entre cuatro paredes. Y como graznaría Martita con su sonrisa bobalicona de vieja quemada: “ARTE, ARTE, ARTE”…
Alejandro

21 enero 2008













TESTIMONIALES
SUFRIENDO VERANO
JAZZ EN EL RIOBA
LOS MICHELES


Hoy, un día pasable, casi frio, ahora en semipenumbras, guiski y escuchando a Art Pepeers en “Concierto desde Tokio”. Ahora el Pepper está jeringando con su saxo al “Mambo Koyama”, que no es mambo, es un blue de puta madre y yo agrego agua helada al trago para alargarlo. A veces pienso que el hielo o el agua para enfriar o estirar amariconan al scotch, pero solo es vieja costumbre de chaborras que quieren estirar la noche. El Gato decía que era una costumbre introducida por los ingleses que volvían de la India para diferenciarse con los de la isla. Los de la British East Indian Company…
Como extraño las barras, son como la peluquería o como esos levantes impersonales, solo bragueta, sin conversas de frente, casi hablándole a tu imagen reflejada en los espejos del fondo del botellero y cuando en algún momento mirás los ojos de la nami que tenés al costado es solo para verte reflejado en ellos, (me salió un tanto Oscarcitonarcisitoaputosado -¿agua al guiski, Wilde, me estaré atrolando?-). Es que cuando entrás en esos antros se produce el famoso efecto de la suspensión voluntaria de la incredulidad, se revierten los tiempos, se trastocan los espacios, y todos los acercamientos, conversaciones, acciones, pasan a tener una lógica más de cuento de Lewis Carroll que de realidad-real de boliche. Pero cada tanto cachetazos de realidad, de frente, en la barra se te viene el encargado a reponer la copa o cobrar o despacharte, o para que muevas el culo con un: “La última va por la casa”… Casi no hay diálogos solo cruces de los monólogos esenciales, es la campana de inmersión de los estados alterados y donde vos solo estás con tu placenta (o lo que queda de ella), con sonido de hielos a lo lejos, música-musak que te cae desde el cielo y mucho humo. ¡Oh barras!, ¿Cuando empezaron a morir? Quedan tan pocas… Y las que hay, demasiado iluminadas, ruidosas, mucha música bebop, mucha botellita de angostura, mucha carpetita, mucho copetinero y mucha puta profesional y además muy producidas de puta en ese lugar altar de machos solitarios - desesperados - cazadores… claro para levantar obreritas como dice el tango-ley, tenés que ir a las lecherías a las seis de la matina y como ya sabemos no quedan “Martonas” ni costureritas, solo MacDonals ocupados a la madrugada por viejos jubilados que se intercambian la dentadura postiza para morder la hamburguesa de aserrín de carne ¡Qué lo parió al progreso! “Echenlen” aunque más no sea una cucharada de extracto de carne antes de ponerle la hoja de lechuga hidropónica y la tapa de pan a ese ataúd comestible. Y los viejos de manos parkisonianas en una de las dos tembleques la media hamburguesa, “saludando” a los presentes y en la otra la pajita con la que chupan el café con leche compartido… Me fui al recarajo… como siempre el derrape.
Terminó Peppers, terminó Peterson, se fue por el mismo camino Chet y ahora hace sus floripondios en el piano un Evans del 73, (buena cosecha), grabado en Bs. As. en el Ocean Rex en vivo y comentado en la gráfica por el diario La Opinión (pero aquí en inglish). Lo voy subiendo de volumen a cada rato, mi vecino del séptimo cambió la latosa batería mal tocada (por él) por un ineficaz bajo eléctrico con el que ejecuta mierdosas escalas que rebotan contra las paredes no del aire luz sino de mis bolas. Bajé solo para cambiarle al chino un frasco de ajíes en vinagre vencidos hace cuatro meses y que se deshacían al apoyarlos en el plato contra el ojo de bife. Traté de no hacer mucha bandera, lo envolví en un papel de regalo, lo cerré con cinta de enmascarar pero antes con un marcador rojo le destaqué la fecha y la palabra bromatología. Entré al domerca, se lo puse al lado de la caja y del rarísimo vaso-jarrón con tapa de acrílico donde toma su té. Le hice la señal de silencio con el dedo sobre los labios, como una especie de réplica de la enfermera de los hospitales en versión oso panda. Me miró con desprecio, y con toda la tranquilidad que le da la protección de la Yakuza sobre su espalda me escupió: “Cambie”. Me hice el dolobu paseé entre las góndolas, tomé una manteca, pan, desodorante, algo de fruta en lo del bolita cómplice, y cuando volvía revisé la sección encurtidos: vacía, los dos santiagueños me miraban con cara de cómplices mientras huían con cientos de frascos en los dos carritos de reposición. Tomé un paquete, (si dije un paquete) de aceitunas y me dirigí a la caja, solamente las dos chinitas, una que te cobra y la otra que te empaqueta, el chino agachado me vigilaba desde atrás del canasto del pan cuando intenté explicarle a la cajera de mirada incomprensible que no había ajíes para el canje y que llevaba las aceitunas, el chino gritó algo en su lengua bárbara. De haberlo escuchado el mismo Marco Polo en el Catay hubiera rajado y hoy en día no conoceríamos los fideos… Me cobraron todo lo que llevaba y después cuando me iba me tiraron casi a la cara los 6,50 diciéndome: ¡de lo ají, boludo! Volví cruzando al diariero que no me saluda desde que dejé de comprarle un diario menos todos los días, pero vi cuando pasé junto al quiosco que le decía algo al oído al traba barrial que le estaba devolviendo unos videos pornos. Y ya antes de entrar, de frente se me venía la puta manzanera con un extraño peinado nuevo que acaba de estrenar, abandonando su clásico ¿Afro? Dice que es porque presentó un currículum con foto nueva en una agencia de escorts para extranjeros y que no sería raro que perteneciera a la yakusa y que la controlara Ling con ayuda de los santiagueños, y que los extranjeros fueran los pibes del hostels de enfrente.
Subo corriendo los seis escalones de la entrada, me meto en el ascensor de jaula, llego sudado por la angustia de la persecución asiática, tiro las aceitunas sobre una pila de libros y me siento, en el escritorio, al lado de la notebook, A. me dejó marcado un libro, bah, dos páginas marcadas que arrancó de un libro que era mío; la frase en resaltador color rosa dice “una sociedad constituida sobre la crisis de las tradiciones, sobre un conflicto irresuelto, pues está levantada sobre un crisol de culturas (lo poco que dejaron de las autóctonas, europeas, africanas y orientales) además de (des)estructurada por el modo de producción capitalista mas salvaje, razón por la cual es plausible comprender que el movimiento obrero reaccionará contra el conjunto de la cultura burguesa”… me voy quedando dormido puteando a Houellebecq, a la puta, al traba, al diarero, al chino, a Catay, a los santiagueños, y pensando por qué no le habré leído a A. cuando tenía dos años y la quería hacer dormir, algo de los hermanos Grimm y no ese Foucault que la volvió tan turra… Micheles y las putas que los parieron…
Alejandro

13 enero 2008







TESTIMONIALES
Rehenes
Calor
Grasadas
Calor
Escritores
y saludos a Cadorna
Calor…




Hay veces que uno no puede creer en lo que ve, ni en lo que oye. Pero el caso de la devolución de los rehenes supera lo conocido. Me jode primero desde la estética, quizás como deformación profesional. No es una distinción entre estéticas pobres o ricas, es algo entre lo grasa y lo armónico. Y lo publicado y visto en el show televisivo no daba pinet ni para algo kitsch. Porqué será que nos atraen los diseños coloridos, las artesanias y gustos en los vestidos,la arquitectura o las tallas de los pueblos primitivos de Africa (si les habrá afanado don Pablo), o en los grupos originarios de Perú, México, Bolivia, en la misma Venezuela o Ecuador pero en estos mismos pueblos las clases “dominantes” nos dan estos espectáculos.
La muestra de esto, la visión de los personajes, cantando los himnos, el teniente coronel esta vez de civil, con una nena en brazos, pero lo que resalta es la vieja Clara, con un vestido de cóctel de color verde acotorrado, como una especie de Lidia Lamaison sin boina mientras cantaban con la mano en el corazón (algo tan yanki y que también está prendiendo por estos pagos). Clara madre había dejado en este momento su mesita de TV con la que se mueve y contra su verde cotorra, vibra el rojo violento, (turbante incluido) del equipo deportivo (¿?) de la senadora Piedad Córdoba, de tres tallas menos que el contenido. Con una desesperante camiseta blanca abajo que en todo momento estiraba sobre la zona vaginal; antes a los codazos había apartado a las Claras-Rojas para salir en la foto al lado del de civil. También hay un violeta desplazado. Por suerte en la foto ni argentos estrábicos ni galos oportunistas, esta vez solo se invitó a los cubanos. ¿Estarán en la próxima los compañeros de la FARC, ahora que no son guerrilla? Pero igual la hicimos, y desde estos lares la presi desgañitada -gritando- escupiendo: ”Argentinos valió la pena”, “Ahora vamos por Ingrid”, temblé sacudiendo las gotas de sudor que caían por mi cuerpo, recordando no se por qué al viejo exitismo de “Que se venga el principito”… Pensé que sería por el aire austral o la cosa pingüina que estaba sintiendo esa sensación de frío y que no se debía al aire acondicionado que todavía está tirado en el medio del living, esperando darle “oxígeno” a la compu, que gime como una ambulancia herida. Sólo falta ya que el portero me toque el timbre para llenar la planilla-buchona del aire, o los del canje de lamparitas para explotar ya totalmente.
Dibujo-pinto al lado del balcón con las puertas abiertas, los mosquitos me matan, tengo las piernas infectadas de rascarme. La rabia, el calor, el sudor que cae sobre los trabajitos que pinto hace que se conviertan en “baiconcitos”, a uno se le pianta la boca cuando paro, y miro, me asombro, casi volví a la bronca de hace treinta años pero sin aquella frescura, el jodibu con el tipo de ojos chiquitos y con la boca-gesto donde después repito los dientes con desplazamientos, pero el gesto es vano en el tamaño diminuto. Necesitaría un telón para descargar bronca. Sólo queda el simulacro, el gesto fue hace treinta años, ahora como diría el buen Derridá que decía el buen Baudrillard, ”pretender algo que ya no se tiene” (el simulacro): solo una memoria que quedó inscripta en todas mis vísceras. También diría Virgilio, “desgracias de hoy, mañana son memoria” ya nos reiremos de este presente, ¿o será solo una mueca, un simulacro de sonrisa, una risa desdentada, de calavera?
Tiré al montón por décima vez el libro de Pauls, que no me convence… será esa desesperación de mostrarse político con forceps. Bien escrito, light, sin chogan. Y sobre todo esa desesperación de haber existido políticamente en los setenta. Lo que no viviste no fue. Esa también es una definición política. Podés hacerle reportajes a los demás y comprender lo que te cuentan, pero esas argucias del niñito sabeloto-progre… Mientras libro y niñito vuelan a la pila y caen doblados en el piso (como las tostadas con la manteca hacia ajoba), pienso en el pendejo de Gunther, rompiendo las bolas con su tamborcito pero contando la historia coherentemente trágica y creíble aunque después tuvieran que pasar cuarenta años para que su autor vomitara la suya…No me pregunten por qué pienso en esa historia, el analista (y líbreme Dios -si existiera Dios- de visitarlo), te tira palabras para relacionar y para ver el funcionamiento de tu bocho, pero no porque espere coherencia en las definiciones, posiblemente para reirse por dentro de tus boludeces tratando de parecer inteligente ante él. Análisis, pecados, recuerdos, culpas. Y ahora grita el tio Zapatero a su primo Manolo, “no convirtáis el pecado en culpa”, parece que el tio faltó alguna vez a las clases de catequesis, aunque Manolo diga que también a las de Moral, a las de ética, etc... Es que los neo-rojillos de allí como los de aquí se cagarían en los fundillos discutiendo de culpas y teologías con los rojos de verdad a los que solo leyeron en fascículos, tan ordinarios como los que escribe Feimann sobre la historia de ese peronismo que odia pero que le da de comer y que le haría decir al de Chascomús “a vos no te va tan mal gordito”. Neo-rojillos, rojos y negros de verdad, Gunther, Alan...: ”La única verdad es la realidad”, como decía Aristóteles, frase que le cagó y patentó el “Pocho” (como lo llama José Pablo, sin ternura). Veo en mi sopor calor, cansancio sin aire acondicionado y entre brumas algo parecido al cuadro de las Meninas donde aparece en primera fila Alan sentado cantando a los bufones enanos Maribárbola, Nicolasito y Margarita y al rope de compañía, con su voz engolada de I.Sat Primer Plano: “Vamos, contame, decime /todo lo que a vos te está pasando…” y atrás en la escalera al fondo (uno de los focos de luz del drocua) mirando y riéndose con toda su “voluntad” un mal escriba pelado y de mostachos... (la interpretación pregúntensela a Cadorna).
Cambio y fuera.
Alejandro

08 enero 2008


TESTIMONIALES
“Nadie ha muerto en este mundo a causa del sufrimiento de los demás. En cuanto a quién pretendió morir por nosotros, no murió, lo mataron”.

De: “En las cimas de la desesperación” E. M. Cioran

Empezó el puto nuevo año con treinta y nueve grados a las 14 hrs… Así no hay cuerpo que aguante. Calor, humedad y vacío. No hay gente en las calles. No hay ganas. No hubo balances, no hay culpas, solo existe este calor que te hace transpirar hasta el ojete. Sentís las gotas que te corren por la espalda y te van mojando el calzón. Estadío poco romántico, si los hay, nada parecido a las películas donde siempre habrá aire acondicionado o por lo menos ventiladores como los de “Casablanca”; donde los “interiores” de los machos serán de seda, igual al de las minas y siempre tendrán las bolas entalcadas y actuando como si terminaran de ponerse un tubo de desodorante en los sobacos. Donde tampoco existirá el mal aliento por el vino fermentado, por el cigarro o por las frutas en estado de descomposición. Pero esto acá viene bravo… y el calor y el recuerdo del año de mierda pasado, se juntan con la casi alegría por el fracaso reciente de K. con el “mono bocón de Sabanetas de Barinas” y su aventura selvática. Y por suerte; nuevos odios para reemplazar a los antiguos que se van deshaciendo por el calor y la humedad.
Y en el firmamento periodístico aparece la histérica disfrazada de neo-madre-Teresa, que cada cinco minutos por TV o desde las tapas de los diarios, con su Kufiya en la zabiola, y abrazando con su gesto pretencioso y su cara de tiroidea mal cogida, al negrito de cuerpo de nonato. Apago. Dios si existís, no quiero creer que permitieras todo esto que provoca tanta repulsión, rehenes no devueltos, rehenes devueltos. Después uno recuerda al que decía que no podía haber arte después de Auschwitz porque el espíritu humano había fracasado. Pero y todos estos pequeños fracasos del espíritu-raza-mongo ¿Qué?
Sé que no es políticamente correcto lo mío, pero odio a muchas de estas organizaciones sociales que pululan últimamente en nuestros países en desarrollo. Bancadas internacionalmente por grupos poderosos y a veces de signo contrario a los intereses que declaman. Odio a los Verdes, odio a Greenpeace y también a Médicos sin Fronteras, etc. Me acuerdo que hace cosa de tres años, daban una por semana como una gran serie, unas películas francesas, semidocumentales muy reveladoras, (cuando Multicanal no nos había cercenado el canal francés - canadiense, -¿dije que también odio a Clarín?-) cada película se basaba en la acción de los “Médicos sin Frontera” básicamente en Afganistán, donde después los talibas se bajaron cinco de un saque en un día y ellos decidieron retirarse (circa 2004). Dijeron que los afganos respondían a los intereses americanos. Pero los pobres milicianos demostraron que la mayoría de estos médicos y enfermeros “marcaban”, enviaban planos de sus bunkers y avisaban de sus desplazamientos militares. Lo mismo pasó en Pakistán y en Irak, en todos esos países se mezclaba la pretendida acción humanitaria con el espionaje. Me viene a la memoria hace como tres o cuatro años cuando un médico Mazab Bashir, de “Médicos sin Frontera” en Israel, intentó matar al primer ministro Olmert al que llegó a acercarse gracias a sus credenciales. Después de ser detenido el director de la ONG, dijo en su declaración: “Sentimos mucho lo de Bashir, que es un gran profesional, pero no podemos hacernos cargo de lo que hace en sus ratos libres” …manto de piedad por mi parte. También pasó en Sudán, la labor “humanitaria” mezclada con delación, tráfico encubierto, etc. Toda una especie de CIA progre y camuflada con vendas y calmantes.
Con el calor y los ánimos hinchados además de otros órganos menos espirituales porque ya con el nuevo año comenzaron por el rioba los piquetes, las marchas, los escraches. Son los muchachos meándole la cancha al continuismo y haciéndosela difícil al intendente. Se hará difícil ver cómo se pone linda Buenos Aires. Con en el sudor que te cae por la frente y se mezcla con el agua que gotean los acondicionadores de la Avenida, (cuando andan), según el cronograma de cortes, que es lo que dice el gobierno, cronograma.... Hace un tiempo, podías también recibir el goteo o la lluvia de alguien que regaba las plantas del balcón, ahora ni eso, todos optaron por los cactus, que van mas con la media anímica.
El humor se hace imposible. Los suplementos de los sábados insoportables, me salvó el “Babelia”, con una buena nota “El esplendor de la fealdad”. Me contengo cuando vuelvo de leer del feca, a decirle al quiosquero que no compraré más diarios por lo menos hasta marzo, tengo miedo que se me ponga a llorar, tener que consolarlo y además comprarle alguna revista para que me perdone. El cambio de hora también me tiene mal y no es por la hora de levantarme, que a la vejez ya no se duerme tanto si no es con químicos. Me alteró desde las horas de comer hasta los horarios de las películas que veo por TV. Claro como todo jovato uno tiene sus ritmos, sus costumbres, sus momentos y si no ¿para qué mierda sirve el reloj biológico? Todo en mi vida tiene sus idas y venidas casi marcadas y como pintor exigís que no te cambien las luces…
Salí (en mi otra vida), hace muchos años, con una pintora que un día de su breve paso por Buenos Aires me preguntó como podíamos los porteños pintar con esta luz tan gris. Me contó (bah, lo que entendí, creo) que ella que era de Illinois, se había ido a vivir a Florencia a pintar solo por la luz. Yo vivía en ese momento al lado del río, en un local abandonado, onda okupa, con ocho pintores mas, todos ellos uruguayos, tiempos de los tupas que huían y donde aún no habíamos empezado a huir nosotros los argentos. Ellos pintamonas concientizados, que en lo único que creían en el fondo, era en el compás áureo, el “universalismo constructivo”, de Torres García que usaban a falta de almohada y llevaban en el bolsillo para que nadie se los afanara, los tres pomitos de óleo: el negro, el tierra y el blanco y en los días de gloria y ventas, compraban un rojo y cambiaban la yerba. La luz para ellos y también para mí, expresionista paupérrimo en esos tiempos minimalistas de blog de cartas, rotring y de plumines era solo un recurso más en ese “yerta” sin ventanas y con la miserable luz de las tres tristes lamparitas de 50 wats -luz ademas, de la que estábamos “colgados”- . “Luz de Florencia”, dijo la yanki… Huí a tiempo, con la puteada contenida, muy en el fondo uno es un caballero…
Prefiero no releer todo esto, la falta de coherencia, los derrapes, solo culpar al calor, al gobierno, al calor, a los médicos con o sin fronteras, al calor, a los yoruguas aúreos, al calor y por último a la puta luz de Florencia y al calor… (y como colofón al chino de la despensa que se pasa el día remarcando, con este c… )
Alejandro