26 marzo 2008

"Escribo cosas divertidas sobre cosas tristes"
Rafael Azconá, l926-2008.


¿Se acuerdan cuando hace unos meses trataba (yo) de garabatear sobre la idea de poseer una silla de ruedas que me llevara hacia el mundo? Fue mi último gran sueño (último por postrero, por final), pero era de él (la idea). Una genialidad que había desarrollado maravillosamente en su famoso: "El cochecito" y tenía ese humor negro ("gallego") a la altura de un Poncela, que ambos no se reconocían, claro que después de Franco y con Valle Inclán y sus "esperpentos" rondándoles en el mate quién podría pensar algo que no tuviera "humor negro" o no estuviera teñido de negro, un humor a la altura de Goya y sus fantasmas. ¿Qué era el humor negro para él? Pone como ejemplo la historia del padre que cuando la niña se pone pesada durante la corrida de toros, le atiza un coscorrón y le dice: "quédate quieta y verás si te portas bien, como el novillito le saca las tripas al caballito"...
Había luchado contra el "generalísimo" en los cincuenta, desde "La Codorniz" con su maravilloso "El repelente niño Vicente", del que abrevó nuestro Landrú y parte de su "Tia Vicenta" ...pero que importa, se murió ayer...
(Quería morir viejo, lúcido y durmiento como Alberti, ojalá haya sido)

..."Azconá Ud. es amargo, realista...?
- Nada de eso. Hablo de la realidad. Y como la realidad a palo seco no es nada, le doy una pequeña vuelta de tuerca, la distorsiono un poco. Un escritor ve la realidad y luego la exagera.
- Rafael, no me dirá que no es un escéptico.
- Sí, pero dudo hasta de mi escepticismo, porque los sentimientos traicionan mucho."
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"- Qué te hace reir, Rafael.
- Primero yo mismo. Luego, el mundo, la estupidez humana, sus pretenciones... Me rio y al mismo tiempo me enternezco. Me hace reir lo mismo que me enternece. Parece una contradicción, pero..."
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"- Dicen que su humor es negro, amargo, realista...
- Yo creo que el humor negro no es un género español, pese a Solana, Quevedo, etc. Lo nuestro es el esperpento. Yo estaría mas cerca del esperpento, pero he leído mas a Baroja que a Valle."
(En la presentación de su libro "Estrafalario" (Alfaguara. 1999), declaraciones al diario La Razón de España, 30 de Octubre de 1999.

Otro si digo :
"El riesgo de una broma, coña o cuchufleta, en inglés en base a dobles sentidos, para los que ignoramos el idioma es que como te descuides das lugar a un triple sentido ofensivo desconocido para el que la ha usado; lo que lleva a la importancia del 'eres quien/como hablas' ciertos dejes frases que nos ubican temporal o geográficamente, quien mas pedante que 'el repelente niño Vicente'".

(Post anónimo perdido en la Huevosfera)

Esto parece un work in progress ("gallego")

24 marzo 2008

Dice Vattimo que decía Heidegger que dijo Hölderlin:

"Lo que dura lo fundan los poetas"

21 marzo 2008


TESTIMONIALES
Podrido de tantos suplementos culturales
promoviendo productos Ideológico-progres.
Propongo: ¿Si regalan desinteresadamente una idea por semana?

Me mata ya tanta verborragia al pedo, voy a tener que dejar de leer tanto suplemento cultural. La nota-gota rebase fue la de Saccommano y sus explicaciones - justificaciones, teñidas de elucubraciones ideológicas. Me agobió. ¿Será parte de la estupidez que crece en estos tiempos de regresiones K, como un melanoma maligno? (no se la velocidad de crecimiento de los melanomas benignos, sorry). Me está influyendo últimamente el Dr. Jause. El discurso de Sacco como patchwork hecho a base de las frases de sus autores preferidos y que él usa para demostrar como piensa; digo para mostrar su “personalidad”, su coherencia, es discurso “prolijito” pero se nota mucho el remiendo, (pero el patchwork es así, el remiendo es lo aglutinante, lo principal). El intelectual ya logró su torre de marfil lejos del circuito Malba. Pero vuelve al ruedo a denostarlo además de presentar su producto. Los diarios en vez de estos espacios para “entretener” a sus lectores culturosos tendrían que habilitar consultorios psicológicos y después mostrar la desgrabación a la manera de las vouyeristas sesiones de Tony Soprano con su curabocho.
Disgregación: No niña Traslante, -esto lo digo yo, de mi propio coleto- no soy un burgués alimentado a psicotrópicos, que con los dedos durísimos y entintados sostiene el gallego “El País” o los locales varios. Solo busco leer en alguno esa cinta, transcripta en tiempo real, sin modificaciones, a lo bestia, un lugar sin las represiones o concesiones del periodista, así, en crudo, sin contención, donde se viera en bruto lo mas bajo - sádico - terrible del personaje pero sin la ideología del otro, solo cámara y grabador a la manera de Andy Warhol, la cámara fija con encuadre de foto carnet. Una mirada aséptica, ni tierna ni indulgente. Basta de esta modernidad rosa-bombón, la modernidad de los sobreentendidos silencios, de las miradas cómplices o réprobas a la manera del gallego Quintero o del peruano Hugo. Quiero el puto discurso en la realidad de las cuatro paredes, en el acto de la introspección (cuando la haya), no cuando recordamos las vivencias pasadas (bueno las malas vivencias) tratando de envolverlas con un poco de humor o con mirada tierna que nos proteja de los bordes agudos, para que no lastimen, para tamizarlas a la mirada del otro, donde dicen que se complementan o se completan, para que en ese cedazo quede lo grueso, lo desagradable, lo que va a provocar mas grumos después. Si, no me gusta Saccommano y su continuo discurso político de ubicación, creo que lo político debe aflorar más en la actitud de vida del artista (posiblemente como ética y no como discurso de comité) porque además desgasta el discurso artístico en la repetición hasta el hartazgo de las entidades de derechos humanos a las que se pertenece o se perteneció, o los chupaderos donde estaban sus cumpas. Claro él se siente partícipe de una línea ideológica-artística (casi un “eje del mal para la mersada) línea con hitos como Arlt, Viñas, Correas (¿?), Fresan y donde incluye a mi “admirado Feinmann”. Lo de Correas sería un mérito -para Sacco- me cuesta decir: si lo hubiera comprendido, no se. Lo de admirado por “El bueno”, como lo nombran los acólitos, es por sus grados de imbecibilidad contagiosa, estado en que quedo los domingos después de leer su suplemento filosófico, tema “El Peronismo”, obviando que no soy del palo, ataca a personajes de los que solo tengo buenos recuerdos como creo que la mayoría de la mersada. Esos recuerdos que me unen al vulgo despreocupado de lo que pasa en el campo cultural “alto” y solo emocionado por lo popular sentimental, y que a él “Bueno” le sirven para justificar a su propio Heggel. El último recuerdo que ridiculizó fue el de Alberto Castillo, un cantor popular, actor de la época “volver” de nuestro cine de los 40 (médico de señoras en el mundo real) siempre querido, maquietoso, ridículo, casi una caricatura de sí mismo con sus poses, sus corbatas grasas de nudo “corashón”, sus trajes oscuros rayados de solapas anchas, y su rara voz “finita”, pero que colocaba donde quería. El que popularizó “Los cien barrios porteños” que eran ochenta y pico. Al término de su vida hace cinco años nomás, lo amaban los chicos jóvenes (post-malba) y con los “Decadentes” grababa candombes y música tropical y en los videos bailaba con su pinta de abuelito con demencia senil y dentadura floja.
Lo crucé algunas veces, (a Castillo), hace muchos años, una como tio de una cocinera que trabajaba en un hotel de Mardel “doña Emma”, una vieja correntina, nada fina, el mismo apellido que él, De Luca; cocinera que a la mañana cargaba sobre su lomo una media res de novillo por un pasillo de 50 metros, lo tiraba sobre la mesa de la cocina y lo despostaba en menos de media hora y a la tarde se pintaba, peinaba, se llenaba los cachetes de colorete y se sentaba a hablarle a Claudio García Satur, cuando pasaban la novela de la tarde por TV. Todos los días le advertía sabiamente y a los gritos sobre quienes eran sus verdaderos amigos y quienes lo estaban traicionando… Claro, me van a decir después de esto que mi modernidad se fue al carajo, que no puedo mezclar como quieren ellos intelecto con sentimiento, les digo que me chupen el izquierdo, digo a lo Coca Sarli: ¿Qué pretenden de mí? si mi modernidad era de la época de los apocalípticos e integrados del gordo Eco. Pero al gordito, ni cuando lo conocí del bracete de la Rosa María, nuestra fallera mayor, (digo nuestra semiótica mayor) me conmovió, menos cuando traté de leer lo de los monjes o lo del péndulo, dos mamotretos adormilantes. Después de leer a Deleuze a Foucault, el gordito era un Sebrelli-tano-devaluado. Claro que después venían siguiéndolo más “filósofos” en la pendiente de la devaluación posmodernista acelerada, como el de las cartas a Amador, ese de la cara de pescado con anteojos blancos y con el vicio de los “chuchos” y mas atrás los nuestros tratando de escribir filosofía para grasas que querían entender: la vieja lesbiana, Abran… o Rosichner (filio) porque el viejo es un grosso.
También me aburrí soberamente con el nuevo suplemento de Pag sobre los “diferentes”, porque para respetarlos no necesito conocer sus intimidades ni las diferencias de sello en sus entidades jurídicas, o sus diferentes categorías según su propensión al látigo, al bozal o al consolador de seis pulgadas, con las nenas no me meto porque castigan mas fuerte. El “las 12”, lo tiro con las páginas de clasificados de la Nación y Info Pilar. Los suplementos no caminan y aunque siempre me pareció una mierda Quiroga y su cloaca de la cultura, son lo mismo, el triste relato -pago- de los aparecidos y los por aparecer según la capacidad de respuesta (léase propaganda encubierta de las editoriales). Como diría la gente del General , "un dia brillando en el quiosco y al otro solo para envolver huevos o pescado" (Bah... en la época del general no existían los suplementos y ahora sólo muy en extramuros te envuelven con diario). Ah, si rescato de Sacco el rechazo por el Malba, que elucubro debe ser recíproco. Pasamos con velocidad (¿qué son diez o veinte años en la historia de la humanidad?) de la propensión al fragmento (tan poético) a la instalación de lo inacabado. Gloriosas épocas de la deconstrucción, de teoría inteligible para mi (aunque me la hubiera explicado Derridá, tomando un café después de una comilona con “Glusberg y sus discípulos”. Pero yo tampoco había entendido la Transvanguardia por mas que Lyotard, en mal español, me la explicara a grandes rasgos después de otra comilona y de sus ponencias en el CAYC. Con un guiño Jorge, añadiría viendo el librito de la posmodernidad con dedicatoria, “Boludeces para arquitectos, ¡creen sin guión, dolobus!”.
Cada movimiento que llegaba al ispa era comer y chupar y conocer al gurú del movimiento, la teoría era lo de menos, lo más importante como se nos acendraba lo gastronómico… Pero ahora ¿de qué me agarro ahora? leo a los poetas jóvenes y sus dudas de cómo llegar al parnaso, si venderse al modelo macrista a tanto el verso recitado, resistir en cafetines de extramuros por comisiones en las copas o volver a ofrecer sus letras en tabletas por el subte o por las plazas. Lo seguirán discutiendo en la próxima inauguración en el Malba, copa de malbec mediante (gracias Sacco).
Ahí volviendo al suicidadito Correa me acuerdo cuando con Massotta con los trajes dados vueltas en la época del Di Tella, zurcidos con lanas de colores casi flúos, (¿lo entendería Sacco?) peor, lo entenderían Florencia, Lola, Paula, etc… Miro la pila de suplementos del último fin de semana y apago con fuerza la compu y me voy despacito pensando en la crónica del Cucu en el diario Lanata y su deslumbramiento gracias a las mesas de saldo al descubrir al turco escriba y las cartas con billetes salvadores… es lo que siempre digo, un dato real y a remar y escribir la “historia”…
Alejandro

11 marzo 2008


TESTIMONIALES
Segunda Parte
Historia del libro del portal.
Recuerdos mios, son como son
Inmodificables
(no rompan las bolas pidiendo otro final. Ni aún el verídico.)

De la serie bla-bla-bla
pero ahora con webmaster (no me digan que no está mas prolijo)

Fue durante una de esas muestras locales, de los famosos ochenta, fuera de temporada de verano, donde se exponía en nuestra galería zurdita el trasegado pincel del artista B., la quinta o sexta que hacía sobre el Diario de Ana Frank. Todas con ese éxito,(de ventas quiero decir), que ya no se ve ni se disfruta. Lo mas rancio (en el buen sentido, segunda acepción) de la colectividad judía y del PC local. También lo menos-menos de la rama artística y muralista del partido, línea local. La muestra como siempre resultó vendida en su totalidad en plena inauguración. A las pocas semanas, repetida se vendería en la sede del Centro Israelita Marplatense, entre lágrimas de dolor por los recuerdos para aquellos viejos moishes que todavía conservaban los números en los brazos y los jóvenes empresarios proclives a las enseñanzas de Marshall y su seminario rabínico latinoamericano y que con chequera en mano se iban haciendo propietarios de los repetidos cuadros.
Pero la historia tiene que ver con el otro pintor, de la izquierda si, pero peronista, el que había vuelto a su patria chica. La época, fue antes de marcharse de mardel para su aventura bahiense con la “Colorada”. Estaba con su corte femenina y el vino, la cantidad de gente, el éxito de su amigo B. lo puso eufórico (un poco más que de costumbre). Nosotros jóvenes hinchapelotas, adictos al vino gratis, nos habíamos entretenido pasando los dedos y algún pañuelo por zonas de algunos cuadros de más de cinco centímetros de espesor y que por el olor a trementina y querosén y la densidad demostraban haber sido pintadas apenas unas horas atrás. Algunas de las damas-artistas de la tendencia conceptual, pretendían llevar los pañuelos (en grupo), al expositor para que los firmara, pero conocida su fama de fauno- cascarrabias, pronto desecharon esa idea.
La conversación con el pintor-hijo pródigo, eran sobre un cuadro que trataba de terminar en esos días, sobre un perro ladrándole al mar, para presentar en el Salón Nacional, creo que quedó inconcluso. Del cuadro, el monólogo derivó a esculturas y tallas, (puertas) que había hecho para sobrevivir en Brasil. Animado por el vino, nos contó de una historia de su familia que había esbozado en su estadía en Francia en los setenta. Las reuniones con el escritor jazzero, amigo de su hermano quien había musicalizado alguno de sus poemas, hicieron que él le mostrara el boceto de su historia. Nos contó que el Belga, le dio forma y estilo y acentuó el surrealismo de un pueblo reprimido escondido bajo un árbol, el ombú (el portal) -¿Mareschal?- y la represión representada por unas enormes especies de cucarachas (¿Kafka?), todo esto verborrágicamente contado –casi actuado a puro ademán- y etílicamente escuchado por nosotros. En un momento que estábamos formando un trío con W. y E. nos invitó a ir a buscar a la casa de su madre el único ejemplar que dijo que le quedaba para viéramos y pudiéramos opinar. Fuimos en el viejo jeep de E. creo que era por Bosque Alegre, nos quedamos en el jeep, con una botella robada al vernisagge (especialidad de E.), al rato apareció con un paquete y nos fuimos para el viejo café Opera en la calle Independencia donde después el pintor se encontraría con su corte femenina comandada por la psicóloga crazy.
En una mesa al fondo y después de la segunda ginebra abrió el paquete, y sacó un libro forrado en papel madera, las hojas del prólogo y las finales habían sido prolijamente dispuestas bajo el papel del forro. La calidad del libro, muy mala, brillante y horriblemente reproducidos los dibujos a la manera de una historieta muy primaria. Recuerdo vagamente los terribles colores de los paisajes con preminencias de rojos, violas y cerúleos. Lo que lo hacía diferente a la historieta clásica era el mal manejo de los blancos, y las composiciones de las páginas, algunas de un solo dibujo, y entre ellas “sobresalía” un horrible retrato de un individuo similar a López Rega. Realmente parecían decenas de dibujos brillantísimos (no de brillantez sino de brillosos) tirados sobre un libro blanco hecho de hule, en esta época hubieran parecido fotocopias malas. Ninguno de nosotros se atrevió a leer una línea. Solo miramos los dibujos. No estábamos tampoco en estado para lecturas. El belga había pasado hacia poco tiempo por mardel, más bien había pasado por Baires, o más bien por Argentina, donde Alfonsín recién asumido no lo había atendido por consejo de algunos asesores y se retiró ya cansado de esperar una invitación oficial, estaba enfermo y moriría al año siguiente en París, posiblemente sin enterarse de nada de esto...
En un momento de cabeceos, ya tarde y con el aleteo alrededor de la rama femenina recién llegada de la muestra, el pintor desnudó al libro y me mostró que en la tapa y contratapa tenía sellos secos de entes de Electricidad y empresas de Petróleo americo-venezolanas, así como un prólogo que mas que dedicado a los autores del mismo eran un panegírico de las empresas capitalistas que promovían la cultura... me contó en sordina la historia. En Venezuela, se había enganchado a la hija del dueño de la principal empresa de electricidad del país. La chica era menor. El arreglo con el padre fue la publicación del libro, pero igual, siguió el romance, huyeron con la niña, y en un momento en que vivían en una carpa de lona junto al mar, fueron encontrados y él sacado de la manija del orto del país... y con prohibición de entrar más, si apreciaba su vida. Al volver a Europa, no le podía mostrar al escritor ese libro (había salvado alguno de los 300 editados), que se hubiera muerto antes de tiempo por la ignominia de tener esos sponsors imperialistas, él tan cubano.
Después la vuelta al pago, el libro oculto, vergüenza tapada por el forro (la de él) y el escriba muerto-mudo.
Oculto el broli y gracias a su personalidad paranoíca, creó un mito a base de fotos y textos fotocopiados que cada tanto reflotaba en algún reportaje donde se obstinaba en repetir la historia del Ombú y su sociedad con el belga... En los 2000 poco antes de morir se le re-editó, o se le editó (¿?) el libro, pero ahora los dibujos eran de un equipo liderado por un artista rosarino Emilio Torti, a la manera de. Me enteré de todo esto en el momento de escribir este post leyendo un
blog peruano: “Esta historieta, que tanto Cortázar como Cedrón idearon para llegar al público masivo de un modo efectivo, nunca se publicó. En busca de un interesado que quisiera editarla, Cedrón le dejó los originales a una editorial de Venezuela, que sin su consentimiento hizo una pequeña tirada de 300 ejemplares, impresos con muy mala calidad, que nunca llegó a distribuir. Aunque se sintió estafado, como ya no podía entrar a Venezuela, se resignó a no verla publicada”.
Pero en uno de los párrafos siguientes aclara: “que para la edición del 2004, el autor se movilizó desde Portugal, hasta Buenos Aires con la única copia apócrifa que conservaba”. Y aquí me detengo ¿Por qué después de su apología el peruca usa la palabra “apócrifa” ¿...En el mismo párrafo dice “tirada de 300 ejemplares” y “nunca se publicó”, lo habrá mambeado el pintor como a mí en alguna tenida gastronómica latinoamericana...

Bueno terminó:
existió el belga,
existió el pintor,
existe el libro,
posiblemente sea yo el que no...

Apostilla del 7-4-08.
Diario El País, Suplemento Babelia
..." A mediados de los ochenta, Cortázar pasó también por Buenos Aires, proveniente de su residencia parisina. En esa época, la de los primeros años de la democracia, el escritor oficial era Ernesto Sábato y el presidente Alfonsín sólo tenía ojos para el autor del Informe sobre ciegos. Cortázar buscó infructuosamente ser recibido por Alfonsín, y al poco tiempo murió amargado por tamaña desilusión..."

Alejandro

05 marzo 2008

Apostilla, a las postillas de las apostillas.
De la serie de tecleando sin webmaster o los finguers contra el block)
(Bla bla bla).
El Otro portal.(historia mia, no se si real pero mia)
Personajes:
l) Famoso escritor argentino, nacido en Bélgica, muerto en Francia y con el corazón en Cuba.(acá participa solo su sombra).No me gusta su obra pero no voy a cometer el simplismo de decir ¡Ah pero sus cuentos son buenos,(alguno sí)
2) Pintor argentino, nacido en Mar del Plata, muerto hace poco en Baires.
3) Mua, pintor que estuvo ahi ( o cree que estuvo )

Corrian los primeros años de los fabulosos y democráticos ochenta, éramos un grupo de artistas marplatenses que tratábamos de representar a esa modernidad tardía que cundía por el mundo, algunos eramos mas posmos que otros, pero era el interior, no era el centro.
Nuestro centro era el museo de Arte Moderno de la ciudad, al que para diferenciar con el clásico ( que con las mismas obras pero distinta logística nos había aburrido historicamente en el piso 2 del correo)y que para vengarnos le omitíamos el Juan Carlos Castagnino de su nombre, negando a los padres (como debe ser.
Gente de los grupos culturosos de la ciudad nos acerco en un momento al pintor, que despues de muchos años volvía a su patria chica y buscaba relacionarse. No traía obra pero conociamos sus dibujos de los 60 por aquellos famosos fascículos del centro Editor, por revistas Crisis de los años 70, y por distintas revistas de la tendencia Peronista de esos años. Conociamos a su hermano local,un personaje oscuro, arquitecto y docente en la facultad. Sus otros dos hermanos famosos uno el cineasta muerto o suicidado en París acorralado por grupos maseristas, el otro, músico conocido al principìo por sus actuaciones casi cómicas junto a Tato Bores, tan payasesco como después lo fue el gordo Peralta Ramos. Pero después en España y finalmente en París con el personaje ya incorporado, y junto a Paco Ibañez, triunfando con sus interpretaciones gardelianas. De este, el pintor conociamos una gran escultura con un pie de casi dos pisos que estaba instalada en el hall del hotel de la UOM, en mardel, muy buena, con una estructura similar a la de la placita Artl aca en Baires hecha tambien por el. Todo eso, ademas de su obra "contada",(por él) delirantemente le daba un aura. Pero lo impresionante era el arrastre con las minas. No era lo que se dice un langa, tampoco un recio, no era muy alto, tirando a robusto-gordo, y solo impresionaban sus ojos, como los de todo loco.Lo acompañaba una pequeña corte de minas que nosotros no conociamos, pero que entraban y salían constantemente donde él estuviera como en una obra de teatro. Una de ellas que lo interrumpía constantemente para que le enseñara como fabricar una almohadilla para sellos, anotando y dibujando paso por paso. Otra que apareció en un asado, nos contó de su relación con Pichón Riviere, de quien había heredado una casilla de chapas en París y quién la habia citado en un momento en la estación de trenes para asesinarla. En el momento en que la apuntó con su revolver para hacerlo apareció una docena de policias que lo tiraron al suelo, pero que no lo mataron por que les dió lastima el agujero que tenía en la frente producido por la humedad...La cosa es que entre varios del grupo que dabamos clase o teníamos relación con la escuela de Bellas artes Martin Malharro, conseguimos (gracias al famoso plan piloto de esos años), que se le inventara una matería, "Materiales y herramientas". Se le dió un aula que le servía de taller y allí atendía a los alumnos que tenían problemas técnicos para realizar una obra, preparar una tela o armar la estructura para sostener una escultura de yeso. No duró ni seis meses, destruyó tirando por el aire varios trabajos, cacheteó a varios alumnos y trompeó a otros...
Para terminar se fue, con una de las docentes, joven, casada con un conocido profesional local (como dirían los diarios pueblerinos)y acompañada por sus tres hijos pequeños a vivir a Bahia Blanca donde en menos de un año le dilapidó los gananciales a la pobre docente que quedo anclada en Bahia con su prole y rescatados finalmente por el conocido profesional...
Con un pequeño grupo, los tres o cuatro que exponiamos en la Galería Del Mar, donde el también había mostrado hace años y que era la galería de Castagnino, Alonso, Berni,(y toda nuestra zurda vernácula) nos veiamos en las exposiciones y una noche de muchos vinos, nos mostró "el libro", y nos contó con la lengua hinchada algunos de sus secretos...
CONTINUARA.
Alejandro

03 marzo 2008

APOSTILLA:
A:
bla, bla,bla
y los mundos subterraneos
De la serie :
"tecleando sin webmaster".
(se que me cagará a pedos, una vez vuelta de San Salvador,
por que además de no saber ilustrar el post,(subir el puto
cuadrito), respetar la puta tipografía, los putos colores de los títulos
"las viudas", etc, no saber editar siguiendo
la puta linea y
todas esas cosas que dan de comer a los fuckings
diseñadores...perdón, no lo volveré a hacer).


Ante el pedido de Ninio, ( por aparición y por abecedario ) y Palm ( por palmera-roja) y ambos como cabezas de los miles ( ja), que seguro que se desesperan por saber estas historias tan reales sobre los mundos unders, tan irreales para algunos, entonces digo :
l)

La de la placita Lorea, no es tan desconocida, esta historia que pasó entre tiempos de Menen y De la Rua en un extraño país, bah, acá en la esquina de casa y es la crónica del sufrimiento de sus vecinos-habitantes, ya que por culpa de estos sub-seres, habíamos perdido, primero la Gandhi de Rivadavia y Luis Saens Peña ( P:Lorea), después un tablao español, con la figura de un toro huevón simil al de Osborne y varios otros boliches, librerias de viejo, etc. Los sub. salían todas las tardecitas a pedigüeñar monedas y viandas y molestar a los burgueses que cafeteabamos o tomabamos aperitivos según las horas. De a poco con sus miserias y actitudes lograron ensombrecer toda esa zona que era soleada-dorada-cálida, equilibrada, casi un paraiso en el medio del caos. Los negocios que se fundian por la retirada de los parroquianos mas las denuncias de molestos habitantes de distintos edificios de la zona hicieron que ya entrado el gobierno de De La Duda, el diario Pag.12, ( todavía no Pag. K ), hiciera un profundo estudio sociológico sobre los habitantes de ese mundo-subte, que eran casi veinte, algunos ya cadáveres, muertos por la tribú que vivía en la misma linea A, pero bajo la casa Rosada y que todas las noches mientras el salame de Dolina contaba sus cuentos y cantaba junto al licenciado Rolón (lease salame dos) en el Tortoni,( un antro para extranjeros que miran asombrados sus paredes llenas de íconos inexistentes), sigo, las dos tribus se cagaban a fierrazos, sin importarles los cuentos épicos y cantos de los dos salames . Siempre quedaba algun subhumano con la cabeza rota que era acomodado sobre las vias y que pasaba a engrosar la lista de muertos por el primer Primera Junta-Plaza de mayo de las seis y treinta. Bueno todo este cuadro de situación para decir que el censo dió 2o(veinte), l4(catorce) de ellos ; ex Borda dados de "Alta", pero sin domicilio ni familia, 4 (cuatro) menores (tres machos y una hembra), todos con HIV y escapados del Muñiz y dos chicas que pasaban por ahi y fueron introducidas al tunel por un boxeador (grupo Borda), despues muerto por la otra tribu. Una de las chicas estaba embarazada. Las paredes rotas de los baños, (se achacaba por su uso como hospital de campaña en alguno de nuestros fragotes allá por los sesenta. La caracteristica de esta tribu, era drogarse "con una mezcla de telas de araña "de su propio cultivo en las profundidades, con alcohol fino" comprado en la farmacia de av. de Mayo casi Luis Saenz Peña "(sic. pag. 12). Doy fe que esa farmacia era donde yo compraba sin receta mis psicotropicos.

Todo termino cuando gracias a Olivera reemplazante del suegro de Chaquira fueron desalojados, y la puerta (o portal), sellado por la misma gente que le vendía a la municipalidad las rejas. Volvieron a la semana, violaron los sellos, y así una vez mas cada semana hasta el 2001 famoso. Durante el gobierno de Duhalde, proclive a los gnomos y a las drogas duras como esa de las arañas con alcoholes, mas un nuevo agregado: alcanfor, la tribu logró su apogéo, pero ahora en el periodo "K.1", se les relleno la entrada, se parquizó y se los ve desorientados como hormigas con el montículo pateado y diciendo todo tipo de oraciones al reves para que aparezca nuevamente el portal.
Es una historia triste, quizás alguno de ellos algún día de con la palabra justa y vuelva a florecer este miniimperio, esperemos.
Al otro portal, el que esta debajo de la casa de gobierno, lo sellaron y es la entrada al mundo K, con salida en Puerto Madero.
Bueno la otra historia la cuento mañana por que tengo los dedos duros...
Alejandro.